Ana Boyer y Fernando Verdasco se han casado en Mustique: todas las novedades

Julio Iglesias Jr. ha sido el padrino y Tamara Falcó ha ejercido de testigo en una boda adelantada por motivos climatológicos

Por fin llegó el gran día. La privilegiada isla caribeña de Mustique ha acogido la última gran boda de año, no por el número de invitados –que son pocos– sino por la trascendencia de los contrayentes y, sobre todo, por la madre de la novia, Isabel Presyler, feliz de ver cómo su hija Ana se casa con el amor de su vida.

La boda ha estado llena de polémica desde su mismo anuncio, el pasado mes de septiembre. Por un lado, el lugar elegido, la isla de Mustique, no está al alcance de cualquier mortal. Los invitados, unos 60, han tenido que costearse el avión porque, según reveló Tamara, los novios invitan a todo lo demás. A cuentagotas vamos conociendo más detalles del exclusivo enlace, entre ellos, el selecto hotel de la isla en la que se encuentran alojados y en el que están recibiendo todos los mimos propios de un establecimiento de cinco estrellas como es el Mustique Firefly.

Pero el último contratiempo que han tenido que salvar a última hora los novios ha sido la climatología. Según ha adelantado La Vanguardia, Ana y Fernando ya se han dado el romántico 'sí, quiero'. Y lo han hecho 24 horas antes de lo previsto. Dice el refrán "Novia mojada, novia afortunada", pero parece no haber convencido ni a la pareja ni a su 'wedding planner', Tamara Falcó, y no han querido que el recuerdo se vea empañado por un cielo encapotado y probabilidades alta de inoportuna lluvia.

Este miércoles 7 de diciembre, los novios se convertían en marido y mujer a las 15:41, hora local, justo después de que el padrino, Julio José Iglesias jr. y su mujer Charisse aterrizaran 'in extremis' en la isla, según ha informado 'Socialité'. El programa de Telecinco ha conseguido introducir un infiltrado en el enlace, que ha contado con grandes medidas de seguridad y en el que no se han permitido móviles.

La pareja recibía ayer un parte metereológico que les informaba de que se acercaba una borrasca y que iba a 'aterrizar' justo el día en el que habían fijado su boda. Ponían sobre aviso a los invitados y se activaba todo el protocolo para celebrarla esa misma tarde.

Mustique solo cuenta con una iglesia y ha sido allí donde se ha celebrado la boda religiosa. Se trata de una pequeña y austera capilla construida de bambú de poco más de 5 metros de pasillo. Y esa ha sido la tónica de la boda: nada de ostentación ni oropeles. Flores blancas, velas y guirnaldas de luces han sido los adornos de los dos espacios del enlace. Además, rompiendo con la costumbre de otras bodas de famosos, la hija de Isabel Preysler solo ha lucido una vestido, de la firma Pronovias.

Ana ha contado con cuatro damas de honor, amigas de la universidad, además de su hermana Tamara, que se ha encargado del rol de 'wedding planner' durante las semanas de preparativos.

Después de darse el 'sí, quiero', la pareja y los invitados han disfrutado del banquete, que se ha celebrado en la zona exterior del hotel, junto a la piscina. Los invitados han sido distribuidos en 30 y 30, en dos grandes mesas rectangulares. 'Socialité' ha sugerido que esta disposición de las mesas podría deberse a las presuntas tensiones que ha generado la boda entre las familias de los contrayentes. Según ha podido saber el programa, Feliciano López y Emilio Sánchez-Vicario se encuentran entre los asistentes. Sin embargo, no ha podido confirmar que Enrique Iglesias haya podido estar en un día tan especial para su hermana pequeña.

María Patiño ha hablado de que Ana Boyer y Fernando Verdasco se han casado en régimen de separación de bienes, algo que les permitirá conservar su patrimonio y gestionar cada uno las ganancias que genere. El tenista aportaría mucho más patrimonio que la hija de Isabel Preysler y Miguel Boyer, y se estima su fortuna en 12 millones de euros. Las ganancias de Ana no se quedan en calderilla tampoco y hay que recordar que, además de la herencia que le ha quedado de su padre, cobra entre 18.000 y 25.000 euros por posar.

Éste solo ha sido el último (por el momento) de los problemas, que han sido constantes, pero aún así la pareja no se ha echado atrás. Las malas relaciones con sus hermanos, también ha marcado la boda de la joven 'socialité'. Por la rama paterna, no se ha invitado a nadie y, aunque han querido que pasaran desapercibidas focalizando la atención en detalles sobre el vestido de novia, las tensiones han deslucido estas semanas de preparativos. Por si fuera poco, Gonzalo Vargas Llosa, hijo del premio Nobel y pareja de Isabel Preysler, saltaba sobre ésta y la tachaba de manipuladora. Además, ha trascendido el enfado de la familia Verdasco, que se ha sentido al margen y sin posibilidad de participar en los preparativos, quedando todo en manos de la familia de la novia.