Los amigos de Concha Velasco dan la última hora sobre su estado salud tras visitarla

Tal y como ha confirmado su hijo Manuel, Concha Velasco pasará la Nochevieja en el hospital. Hasta allí se ha trasladado Susana Uribarri quien ha dado la última hora sobre su estado de salud

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Rebeca Alonso

Redactora digital de Lecturas

La salud de Concha Velasco (83 años) se ha visto muy deteriorada en los últimos meses a consecuencia de su enfermedad hasta el punto que la veterana actriz tuvo que ser ingresada en un hospital de Madrid hace solo unos días. Su hijo Manuel, muy optimista, manifestaba a través de un comunicado que siguen las directrices del equipo médico y, a pesar de su delicado estado de salud, confiaban en que "le den el alta pronto".

Arropada en todo momento por sus dos hijos, algunos de sus amigos también han querido trasladarse hasta el centro médico para visitar a Concha y conocer en primera persona su evolución. Este miércoles era Susana Urribarri quien no dudaba en pasar unos minutos con la actriz, y a su salida revelaba la última hora de su estado de salud. La representante, muy sincera, ha confesado que Concha se encuentra muy débil pero no ha perdido el buen humor. "Está debilucha, pero con la cabeza muy bien", confesaba con aparente tranquilidad. ¡Todas las declaraciones en el vídeo!

Concha Velasco se encuentra en medio de un tratamiento que logre mejorar su estado, y hasta entonces tendrá que permanecer ingresada. Tal y como Manuel ha confirmado al programa 'Y ahora Sonsoles', la actriz tendrá que pasar la Nochevieja ingresada aunque según apuntan las últimas informaciones se encuentra "estable". "Dependiendo de su evolución podrá ser dada de alta la semana que viene", apuntaba. Una gran noticia para todos.

Manuel, quien ha vuelto a actuar de portavoz de la familia, ha querido hacer una petición públicamente para cooperar en la pronta mejoría de la actriz: "Pido que no se la llame por teléfono porque se fatiga al hablar y necesitamos que esté tranquila mientras finaliza este nuevo tratamiento".

Hace más de seis meses, Concha, consciente de sus limitaciones físicas y tras hablar con sus hijos, tomaba la decisión de instalarse en una residencia a las afueras de Madrid. Un centro muy elitista donde recibe los mejores cuidados y consigue vivir sin sobresaltos con mucha intimidad, tal y como ella desea. Allí recibe cada semana la visita de amigos y compañeros de profesión que le hacen muy feliz.