Sara Carbonero (40 años), que hace unas semanas envió un mensaje tras compartir una imagen desde el hospital, ha publicado una amarga carta con la que confiesa el momento vital en el que se encuentra. Agradecida a la vida y a los bonitos momentos que vive en el día a día, la periodista no duda también en hacer frente a los retos que se le ponen por delante y junto a algunas reflexiones expresa lo que siente en estos momentos.
Con un álbum de fotografías en las que se le puede ver disfrutando de las pequeñas cosas. y de su familia, Sara está pasando unos días en su pueblo, Corral de Almaguer, donde puede recargar pilas, estar más tranquila y disfrutar así del verano mientras recuerda algunas cosas de su infancia. De todos los viajes que podemos hacer, el más intenso, profundo y necesario siempre será hacia nosotros mismos. Hacia esos sitios donde convergen pasado, presente y futuro. Donde se enredan y entrelazan en esa trenza imaginaria que atrapa el dolor. Ese dolor que, en ocasiones, sumado a todo el ruido que enfrentamos cada día no nos deja ver lo esencial", comienza diciendo la exmujer de Iker Casillas.
"Se nos olvidan los lugares o personas que silenciosos/as están pero nunca piden.
Se nos olvida buscar las grietas por donde entra la luz. Hay muchas, pero hay que saber verlas. Y tener paciencia", continua diciendo en esta triste pero sincera carta. Y es que Sara confiesa que poco a poco está volviendo a ser ella misma y entender todo lo que necesitaba. De hecho, la comunicadora se ha dado cuenta de los cambios a los que debe mirar de frente.
"Hijos con los que ya puedes tener conversaciones de adultos y pedirles consejos, una abuela a la que se le va olvidando nuestro nombre pero no nuestras historias de cuando éramos niñas. Es lo más salvaje que podemos vivir. Es la aventura. Es la vida. Unos ojos a los que poder mirar fijamente y decir libremente cómo te sientes. O que no haga falta.
Gente que abraza tu vulnerabilidad cuando la sacas a pasear. Lazos irrompibles, raíces y alas", expresa en estas instantáneas en las que sale dando un beso a su abuela, la tarta de cumpleaños de su hermana Irene, los abrazos de sus hijos, la plaza del pueblo con la terraza del bar llena, el atardecer, una figura de hierro de un árbol y una frase de Edisson Cajilima Márquez. "Las almas más bonitas florecen del caos", dice el autor.
Para terminar, Sara ha contado el momento vital en el que se encuentra tras darse cuenta de que lo que verdaderamente importa está a veces en lo que menos cosas hacemos porque siempre está ahí. "Gracias, vida, porque aunque estos años no me estás dando mucha tregua y me estás retando fuerte, el aprendizaje no sería el mismo sin tanta piedra en el camino ni mi nivel de conciencia tampoco. Aceptar, abrazar, transitar, no esquivar. Creo que nos vamos entendiendo. Verano 2024", concluye Carbonero.
Pero lo más significativo de esta carta son los hastags que ha añadido Carbonero. Y es que todos ellos le dan todavía más peso a sus palabras: "Lo que de verdad importa", "amor del bueno", "el pueblo", "el cielo manchego", "primos hermanos" y "de frente y sin miedo".
No es la primera vez que Sara le cuenta a sus seguidores cómo se siente y en qué momento está. De hecho, el pasado junio, junto a una fotografía sin maquillar, quiso contar a todos que ya no hay nada a lo que temer y que se quiere tal y como es. "Modo: Creciente. Liviano. Transparente. Ojeras de virus y noche movidita. No maquillaje, no nada. No tintes químicos. No más importante por aquí en casa, no 'pelo fake' (como dicen mis hijos), después de muchos años… Esto es lo que hay. El pelo es un metáfora del proceso, me dijo una vez una psicóloga. Los miedos se vencen abrazándolos, digo yo.
Aligerar y seguir. Pequeños grandes pasos.Como dice Manolo García, 'somos levedad'", escribió.
El consejo para viajar de Sara Carbonero
Dentro de todas sus reflexiones en Instagram, Sara cogió un texto de la periodista Irene Vallejo que hablaba de los viajes y ella quiso dar un importante consejo para todos aquellos que estén preparando uno ese verano. Y es que Carbonero hace hincapié en que hay que darle valor y disfrutar de las pequeñas cosas. "Avanzar hacia las miradas de otros puede ser antídoto y gimnasio. La convivencia necesita gente elástica. Una identidad en buena forma no es la que permanece siempre idéntica, es la que nos permite identificarnos con el prójimo. Lo más inteligente —y menos intransigente—, es abrirnos y abrazar lo ajeno en lo propio", escribió la comunicadora.
"Reconocernos en quien parece distinto, resistirnos al alineamiento. Como afirma el Tao Te Ching: 'Todos los seres separados regresarán a la fuente común. Cuando lo sabes, de modo natural te vuelves desinteresado, divertido, de corazón cálido como una abuela: la sociedad no es pura, esencial y auténtica, es cambiante y genuinamente híbrida. 'Nosotros' contiene la palabra 'otros'. Cosas a tener en cuenta. No basta pasear los lugares. Hay que pensarlos", concluyó.