Todas las madres y todos los padres saben de sobras que no hay ejercicio más completo, más aeróbico, más anaeróbico y más de todo, que el de perseguir a los peques que corretean a toda castaña por toda la casa. Y así lo ha aprendido también Álex Lequio, que ha recibido en casa la visita de su hermanita, Ginevra Ena, de dos años y medio, que es todo un terremoto. Y la mejor prueba de ello es ver cómo la nena, que por cierto es una monada, lleva sus leotardos completamente agujereados en las rodillas. Vamos, que no para quieta la chiquilla.
"La criminal y yo en casa, hace unos minutos. Tenía intención de ir al gimnasio pero ya he cubierto el cupo del cardio persiguiendo al pequeño humano este", ha escrito Álex en sus redes sociales. Lequio se ha ahorrado ir al gimnasio porque con tener un rato a la niña ya ha tenido suficiente ejercicio por el día de hoy. En la foto, Álex tiene sentada en sus rodillas a su hermana, que sonríe abiertamente a la cámara y que, desde luego, no puede ocultar que es una Lequio, pues es pastada a su padre.
Álex está que se le cae la baba con la niña a la que, cariñosamente, llama Gin (Ginebra en inglés). Además, como ha estado bastantes meses fuera por su enfermedad, habrá visto qué rápido crecen los niños cuando son tan pequeños. La hija de Alessandro Lequio y María Palacios nació en agosto de 2016, pero a esas edades, las criaturas cambian a toda velocidad.