El color negro se ha convertido en el preferido por la hija de Terelu Campos, Alejandra Rubio, a la hora de vestirse y hasta de peinarse. Para su fiesta 18 cumpleaños se tiñó de azabache, algo que la acerca aún más a la estética que luce su chico, Álvaro (Lobo). El negro se ha convertido en un hilo conductor de sus vidas, hasta el punto de que lo emplean para dejarse mensajitos de amor. Su ‘emoji’ es el del corazón zaíno, que se dedican en centenares de ocasiones. Algo mucho más que un signo para ellos.
Quizás para buscar el inicio de esa ‘pasión’ por el corazón negro del teclado japonés hay que buscarlo en la anatomía del DJ. No tendremos que repasar demasiado su cuerpo para toparnos con el dibujo: en una de sus muñecas, en el interior, el corazoncillo aparece. Negrísimo, tiernísimo. Es una adquisición relativamente reciente, pues, el pasado febrero, cuando no llevaba mucho tiempo con Alejandra no lo llevaba, ¿será quizás una declaración de amor a esta? Y, ya puestos, ¿llevará la que acaba de estrenar los 18 años otro?
Hasta ahora no éramos conscientes de que la joven Alejadra tuviera ningún tattoo, pero puede que ella también haya querido impregnar con algo de tinta su cuerpo dejando, para siempre, el recuerdo de Lobo. Esto tendría además mucho sentido puesto que “siempre” se ha convertido en la declaración de amor preferida de la pareja, pues dice mucho con muy poco.
Tras vivir el pasado jueves su accidentada fiesta de cumpleaños en la que se agobió tras el revuelo mediático levantado, Rubio ha dedicado el fin de semana a estar con su chico haciendo un plan más tranquilo. Han comido juntos, y él le ha gastado bromas que después han subido a las redes. Para terminar el finde, Álvaro cocinó para un grupo de amistades que se pasarían por su casa.