Alejandra Rubio habla, por primera vez, de sus posibles retoques estéticos

La hija de Terelu ha sido el blanco de las críticas y comentarios maliciosos por su físico

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

Alejandra Rubio

Cuando cumplió los 18 años, su rostro se despixeló y su cuenta en redes dejó de ser privada para ser un perfil público, Alejandra Rubio se topó con gran cantidad de comentarios maliciosos acerca de su físico. Juicios sobre su manera de vestir, de posar y hasta de cómo lucían sus labios, nariz y pechos. “Te has puesto botox”, “llevas infiltraciones”, “¡eso no es tuyo!”… frases de este estilo han poblado su Instagram y ahora, por primera vez, la escuchamos defenderse de los ataques.

“Para toda esa gente que dice que me he operado”, cuenta en un vídeo la estudiante de Bachillerato, “no me he operado la nariz, no me he operado los labios, ni el pecho… no me he puesto botox en ningún lado porque, principalmente, tengo 18 años”. Con su actual juventud como único respaldo, también se atrevía a asegurar, de manera categórica, que no creía que se fuera inyectar la toxina botulínica nunca.

La fiebre por todo lo que haga Alejandra llegó a su culmen cuando, dos semanas atrás, tuvo lugar su fiesta de cumpleaños. Su madre había preparado para ella un eventazo por todo lo alto, con photocall incluido. La adolescente se vio sobrepasada por la expectación que se había generado en torno a ella y, además de no hablar con la prensa, protagonizó un incómodo posado. Después, ya en la intimidad de la fiesta, sí consiguió disfrutar y olvidarse del sabor agrio que tuvo su entrada en la vida social adulta.

Tanto revuelo ha supuesto su mayoría de edad, con el consiguiente escrutinio de su físico, que conocidos de la joven hasta le han preguntado qué había de verdad sobre los rumores acerca de sus retoques, “¡¿estamos locos?!”, dice ella sorprendida por la enorme bola de nieve que se ha formado entorno a una insignificancia como es su apariencia.

Rubio Borrego es una chica tímida, lo sostienen sus familiares, y lo confirman los miles de seguidores que la observan a diario a través de sus móviles. No le gusta hablar a cámara, se le nota muy incómoda. Prefiere las fotos, los boomerangs y las canciones que expresan aquello que siente, por eso, tomar la determinación de grabar esta pieza demuestra que realmente está cansada de los rumores infundados que la rodean desde hace un mes. Esta ha sido su manera, cien por cien millennial, de decir BASTA.