Alejandra, Carmen y José María: los tres nietos de María Teresa Campos que hoy lloran su pérdida

De la mediática Alejandra Rubio a los discretos Carmen y José María Almoguera, los tres nietos de María Teresa Campos son absolutamente diferentes pero los tres sentían debilidad por su abuela

foto autor Conchi
Conchi Álvarez de Cienfuegos

Redactora Jefe de Clara Corazón

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"Qué bien me lo paso contigo, abuela. Qué suerte tengo". Era septiembre del año 2022  y Alejandra Rubio había pasado la tarde haciendo uno de los planes preferidos de María Teresa Campos. La joven atesoraba cada reunión juntas. Las valoraba, pues conocía lo excepcionales que resultaban, y siempre procuraba ser fiel a las citas con ella. Adoraba escucharla, porque a su lado, sabía que hacía mucho más que echar la tarde. Para la joven colaboradora, su abuela era madre y maestra. Bebía de sus palabras. En tamaña estima la tenía que no dudó en seguir sus pasos y es que, de los tres nietos de la malagueña, Alejandra es la única que ejerce de comunicadora. Los hijos de Carmen, José María (32 años) y Carmen Rosa (29 años), no son tan mediáticos pero, al igual que Rubio, también han sentido debilidad por su abuela. Hoy todos lloran la pérdida de la matriarca.

Los nietos de María Teresa Campos son tan diferentes como lo son las propias hijas de la periodista. Alejandra Rubio creció con una madre que era una estrella de la televisión, mientras que Carmen y José María tuvieron que aprender a leer para dar con el nombre de su madre en los títulos de crédito de los programas que esta dirigía. Quizás esta exposición de sus respectivas progenitoras marcó su manera de relacionarse con los medios.

Alejandra Rubio, la menor y la más mediática

Terelu era la reina indiscutible de las tardes madrileñas mientras estaba embarazada de su única hija, Alejandra Rubio. ‘Con T de Tarde’ la convirtió en la presentadora icono de Telemadrid, mientras que María Teresa Campos encadenaba éxitos en las mañanas de Telecinco. Así, no es de extrañar que, con poquísimos meses de vida, Alejandra pisara su primer plató. Iba a estar alumbrada por los focos desde bebé.

La vimos crecer en los diferentes platós en los que trabajaban su madre y su abuela. Una feria de Sevilla por ahí, una sorpresa a su abuela por allá. Y llegaron los 18 años. Alejandra Rubio tuvo su gran fiesta por la mayoría de edad, pero también una presentación a medios. Posó con su madre y con su abuela, que le daban la mano y trataban de transmitirle tranquilidad. Estaba como un flan. Nadie le había advertido de que pasaría tantos nervios y pidió ausentarse del posado. Hasta ese momento había sido una estudiante de bachillerato con una vida más o menos normal y ahora se veía protagonista de un photocall. El momento se le hizo una bola enorme y no fue capaz de digerirlo. Tan solo era una adolescente asustada.

Pero los meses pasaron, y Alejandra fue ganando soltura. Pensó que su camino estaba ligado a la moda y, tras independizarse junto al que era su novio entonces, empezó la carrera de diseño, pero pronto se desencantó. Lo cierto es que, además, empezó a colaborar con un Mediaset con un canal propio de vídeos para Mtmad, donde hacía retos, mostraba su día a día y, en definitiva, tenía su propio reality. Su abuela le recomendó que, si iba a hacer trabajos para diferentes medios audiovisuales, debía formarse primero. Algo que le repitió siempre.

Los años pasaron y Alejandra Rubio ganó protagonismo en Telecinco. Primero colaboró en los Debates de ‘La isla de las Tentaciones’, después fichó por ‘Viva la vida’ y posteriormente por ‘Fiesta’. Entendió que tenía que hacer caso con ese consejo con el que tanto le insistió su abuela, y empezó su formación en una escuela de actuación. Ganaría soltura como profesional ante un público, perfeccionaría el manejo y uso de la voz y se adquiriría un mejor uso del cuerpo como vehículo a la hora de presentarse a la audiencia. En ella, la evolución está clara. ¿Ha dónde le llevara su carrera? Eso siempre es un gran misterio, pero lo que está claro es que haber seguido los consejos de María Teresa la hicieron crecer como profesional.

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José María Almoguera, el que trabaja tras las cámaras

José María Almoguera fue el primer nieto de María Teresa Campos. El primero y el único niño en una familia de mujeres. Quizás por eso fue muy especial para la presentadora. Junto a su hermana, vivieron en la inmensa casa que María Teresa Campos compró para ella y para toda su familia, pero que, con el tiempo, se acabó convirtiendo en un lugar demasiado grande y con demasiado trabajo. Por lo tanto, tanto los Almoguera Borrego han crecido muy vinculados con su abuela, quien les invitó a quedarse con ella tras la separación de Carmen y el padre de sus dos hijos.

Cuando José María creció, tuvo muy claro que pensaba seguir el camino de su progenitora. Era lo que había visto en casa. Venía en el pack, o casi. Estudió Producción en una prestigiosa escuela de Formación Audiovisual de Madrid, y no tardó en ponerse a trabajar. Espacios para TVE, para Telemadrid y también para Telecinco, donde ha coincidido con su madre y su tía Terelu, estando ellas en plató. Un trabajo lejos de las cámaras que llenaba de orgullo a su abuela. También verle pasar por el altar y tener a su primer bisnieto. La presentación oficial del pequeño fue uno de los momentos más alegres de los últimos años de la presentadora.

Hijo Carmen Borrego Jose almoguera

 

Carmen Almoguera, la abogada que hizo realidad el sueño de María Teresa

"Ya tengo una abogada maravillosa que es mi Carmencita”. María Teresa Campos se enorgullecía de su nieta Carmen, la más discreta de todos sus nietos; la que no ha querido dedicarse a nada que tuviera que ver con la comunicación. Nos lo contó en 2020, en una entrevista maravillosa a la revista Lecturas, en la que también nos confesó que, de no haber sido periodista, le hubiera gustado ser letrada. Carmen hizo realidad por ella su sueño.

La hija menor de Carmen, en un posado para nuestra revista en el año 2018, dijo que estudió Derecho porque no soportaba quedarse de brazos cruzados ante las injusticias; algo que también enorgullecía a su abuela. En esa misma entrevista, Borrego Campos nos contó que su hija y ella se entendían con solo una mirada, puesto que tienen unas formas de ser muy parecidas. “Es la Campos que más se come el mundo”, dijo. Carmen Almoguera lleva una vida anónima, centrada en su profesión. Le interesaba formarse en Derecho y Redes Sociales, al ser un campo tan nuevo con mucho por legislar.