Le dicen a Alba Carrillo hace dos meses que iba a ser una de las finalistas inmunes de esta edición de ‘Supervivientes’ y no se lo cree. Bueno, ni ella ni nadie, para qué os vamos a engañar. La modelo ha conseguido hacerse un hueco BLINDADO en la final y eso ha escocido a muchos de sus compañeros.
Alba, que veía en la final a su amiga Laura Matamoros, ha sido, para sorpresa de sí misma, quien lo ha conseguido de manera inmune. Esto quiere decir que tanto la hija de Kiko como Iván deberán someterse a una votación ante la audiencia, y será esta quien decida quién se convierte en el tercer finalista OFICIAL de Supervivientes 2017. Porque Alba y José Luis ya han ganado su puesto para la ansiada fecha, que se celebrará el próximo jueves 20.
Polémica desde que puso un pie en Honduras y empezó a pelearse con su madre, de quien dijo que era un lastre para ella en esta aventura, Alba ha mantenido sobre ella el foco. Cada semana se convertía en protagonista de las galas, no tanto por sus habilidades como pescadora o aguerrida superviviente sino por la manera en la que se relacionaba con su entorno, es decir, sus compañeros. Recordad que SV no solo es un programa de ver quién pesca más, sino también un programa de convivencia, en el que hay sus roces, sus alianzas, sus lágrimas y sus secretos descubiertos a cámara. Esta ha sido la parte que nos ha procurado la alumna de Cristina Rodríguez en ‘Supermodelo’. José Luis, también inmune, la otra.
Ella, que creyó que no aguantaría más de dos semanas, que trató de abandonar el concurso de todas las maneras posibles, que pataleaba, que pensaba que se había equivocado al haber aceptado esta oferta de trabajo, ha terminado reconociendo que SV es lo mejor que le ha deparado la vida en estos últimos meses. Y es verdad. Ha dejado de ser la víctima en su fracasada historia de amor con Feliciano para convertirse en la heroína de su novela de aventuras. Y todo en menos de tres meses, ojo.
Habrá quien tenga la osadía y el desconocimiento de llamarla friki por el simple hecho de haber participado en un programa de telearrildad. Que digan lo que quieran, solo demuestran un clasismo que debería ser denostado y que parece que solo entiende de dividir a los famosos en categorías. Mal vamos y categorizamos a los seres humanos. Donde otras personas vieron fracaso, nosotros vemos oportunidad de reinventarse, de volver a escribir su vida, de mostrar lo que antes era velado. ¿Acaso es mejor contar tus intimidades en el sofá de la casa de Bertín Osborne que debajo de un cocotero? Sinceramente, no lo creemos.