'First Dates' recibe como cada noche a una decena de solteros dispuestos a encontrar el amor. Entre ellos estaba Irene, una joven de 20 años que aseguraba no haberse enamorado nunca. "Soy muy jovencita", aseguró. Al otro lado de su mesa se sentó Rafa. Se presentó como un chico que liga muchísimo, pero que no encuentra a una chica que le robe el corazón. Como ya dijo Naomi en 'La isla de las tentaciones', agarraros, que vienen curvas. Tantas que Irene tendrá que darle una contundente advertencia a su cita: "Baja, campeón".
Rafa es un habitual de las noches locas: "Me he enrollado con dos o con tres". Sin embargo, no consigue encontrar a esa chica que le llame, de verdad, la atención. "El otro día saqué el porcentaje y era el 1,57 de cada 100", aseguró. Irene estaba en ese más del 90% de las chicas que conoce en la noche y se quedan en una breve historia. Lo que el jovne no se imaginaba es que esta vez se había topado con una chica con mucho carácter que, además, era "sincera y directa".
El joven llegó al restaurante de 'Firt Dates' frío, algo que no sorprendió a Carlos Sobera (62 años). Debajo del abrigo solo llevaba manga corta. Irene también estaba algo cortada. Asegura que es muy tierna y cariñosa, pero al principio no mostró esta faceta. Se centró en saber cosas de él: cuántos años tenía, qué estudiaba... Es decir, las primeras impresiones no fueron buenas. Para Rafa, Irene no era el prototipo de chica. "Es normalita", aseguró. Para Irene, Rafa era demasiado chulo, pero ambos se dieron una oportunidad. Querían saber qué tenían en común.
Irene rápidamente llegó al quid de la cuestión. Quiso saber si Rafa salía mucho de fiesta. "Tienes toda la pinta", apuntó. Él contestó que iba por épocas. Solían salir dos veces al mes, pero ahora sus amigos tienen todos novia. El comensal quiso ser honesto, creemos, y le confesó que él es más de rollitos que de relaciones estables. Incluso le dijo que se había liado con dos o tres en una misma noche. Ahí llegó el primer toque de atención de la noche. "Te estás vendiendo fatal", advirtió Irene.
A ella sí le había gustado Rafa físicamente, pero poco a poco iba viendo esos despuntes de chulo. Hasta que quiso cortar por lo sano: "Baja, campeón". A él le ha pasado al revés. Consideró a Irene no era su prototipo, pero, conforme avanzaba la cita, se dio cuenta de que era una chica simpática, que se podía hablar de todo con ella. Pese a este casi revés de cita, la decisión final estuvo marcada por las primeras impresiones. Rafa le explicó a su cita que él preferie a chicas más altas, más de su rollo. Esta respuesta no gustó demasiado a Irene, quien sí quería volver a quedar. Quería descubrir qué había detrás de esa chulería.
Lo más divertido de la cita de Irene y Rafa no tuvo nada que ver con el segundo. Fue cuando Carlos Sobera, al saber que a ella le gustan mayores, no pudo evitar cantarle la conocida canción de Becky G.