Vuelve 'Pesadilla en la cocina': Alberto Chicote se cuela de nuevo en las cocinas

'Pesadilla en la cocina' sigue siendo uno de los formatos más llamativos de la parrilla televisiva, concretamente de la oferta de laSexta. La primera vez que Alberto Chicote se enfundó una de sus llamativas chaquetillas para colarse en cocinas fue en 2012. Desde entonces, el chef y el equipo del programa han visitado casi un centenar de restaurantes. Les han ayudado e intentado salvar de las situaciones más extremas con consejos gastronómicos, empresariales y personales; aunque para otros su visita no consiguió resolver la situación.

Durante este tiempo, Alberto Chicote ha tirado de perseverancia, paciencia y tenacidad para hacer frente a los desafíos y obstáculos que se le han presentado en cada uno de los restaurantes. Y puede que ese sea el secreto de su éxito. En estos diez años acumula una media histórica del 10,9% y cerca de 2 millones de espectadores

‘Pesadilla en la cocina’ regresa para mostrar algunos de los escenarios en los que peor lo han pasado. En esta nueva temporada, Chicote se enfrentará a la nefasta organización que se puede ver en muchos de los restaurantes, pero también sufrirá el terrible carácter de algunos hosteleros y con platos de dudosa calidad y fatídica ejecución. Tampoco faltará la ya habitual suciedad con capas de grasa acumuladas desde hace semanas, cucarachas y todo tipo de bichos que campan a sus anchas por más de un restaurante.

Además, en esta octava temporada, problemas sociales como el desempleo, la jubilación o el maltrato también serán tan protagonistas como los propios dueños y empleados.

José Antonio regenta Il fogón della Toscana, pero vive anclado al pasado. Su antiguo restaurante, Colosseum, fue un éxito y le proporcionó varios premios; pero del pasado no se puede vivir. Su local actual se sitúa en la localidad de Viladecans (Barcelona) y está regentado por una familia gitana. El negocio alardea de buena comida, pero la mala organización y pésimo servicio han provocado que acumula una deuda que les podría obligar a cerrar definitivamente.

Alberto Chicote verá un restaurante en el que reinan los gritos, vuelan los platos y las cuentas no salen. La carta está desactualizada, los electrodomésticos estropeados y hay escasez de materia prima. Por no hablar de los bichos. José Antonio culpa a sus empleados, pero es él mismo el que no cumple con sus tareas como dueño. ¿Podrá poner Alberto Chicote fin a esta situación?