La regañina de Susi a Javier en 'First Dates' por su edad y su estado físico

Susi no ha cuajado con su cita, pero una cosa es que no te guste y otra muy distinta, que seas maleducada

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

First Dates
Mediaset España

No siempre te gusta la cita a ciegas que te preparan. De todas las parejas que se unen en ‘First Dates’ a diario, por pura estadística, alguna que otra tiene que fallar. Lo que no puede hacer un soltero es faltarle al respeto a su compañero de cena. Susi (73 años), una empresaria jubilada de Elda (Alicante), ha sido de lo más maleducada. Ha llegado en busca de un hombre con el que viajar. "Quiero a alguien culto, detallista, pero que no se pase, y que vea la vida con optimismo. Que quiera salir y disfrutar y que sea malote pero bueno", le ha dicho a Carlos Sobera (64 años), haicendo una de lista con los requisitos que debía de tener para acertar.

Se quedó viuda hace dos años y medio, pero confiesa que ha tenido mucha suerte en el amor y que espera que la cosa siga siendo así. Aunque lo cierto es que los cinco o seis hombres con los que ha coincidido después de su gran amor no han sido como ella esperaba. "Uno no tenía ni un duro y he tenido que dar dinero a la hija que no ganaba dinero", ha reconocido a las cámaras de 'First Dates'.

Es cierto que con Javier (77 años) no han acertado. El empresario jubilado de Castellón y ella tenían poco en común, pero no ha sido muy normal cómo le ha tratado. Sinceridad no ha faltado, pero sí respeto. Nada más entrar por la puerta, Susi ya ha demostrado su malestar con su cita al ver cómo le decía a Carlos Sobera que no estaba tan bien como él.

"Estoy muy bien. A ti ya te he oído que no tan bien. Algún problemilla tendrás", le ha espetado al conocerle. A las cámaras de ‘First Dates’ ha confesado que le ha desagradado mucho: "En cuanto me ha dado el primer beso, madre mía. Tan mayor y tanto pelo mal recortado. Le tapaba los dientes el bigote. Eso es dejadez. Si fuese uno que me hubiese gustado le pongo en solfa en dos semanas. Vamos lo pongo hecho un dandi, pero como no me ha gustado, no puedo ni decirle que huele mal, por supuesto. Eso no se lo diría en la vida".

La cena no ha ido mucho mejor. En cuanto se ha enterado de algunos de los achaques que padece su cita, le ha cantado las cuarenta. "Tengo insuficiencia cardiaca y renal y la tensión la tenía alta. Además, tengo insuficiencia en la cuenta corriente", ha confesado Javier sin pudor. "Tiene muchos problemas de salud. Muchos que yo, hoy por hoy, no los tengo y eso me frena con mi manera de vivir. Yo no voy a un programa de televisión si no tengo una cuenta corriente normal para poder llevar el ritmo de mi pareja", ha dicho a las cámaras de ‘First Dates’. 

Al final, Susi también ha terminado diciéndoselo a él. "Ya no estás para muchos tutes. No sé cómo te atreves a participar en un tema de estos (refiriéndose a acudir a ‘First Dates’) porque con esa edad todo no encaja", le ha dicho. Javier ni se ha esforzado en reprocharle nada. Se ha limitado a decirlo a las cámaras del espacio de citas: "Me encuentro todavía con vitalidad para poder encontrar el amor con ella o con cualquier otra mujer".

No se ha quedado ahí la cosa. Susi ha seguido erre que erre: "La edad también influye, Javier. Te lo digo de verdad porque lo mismo mañana me caigo y me rompo una cadera pero, hoy por hoy, estoy muy activa. Entonces, como todavía tengo la vitalidad, que toco madera como se suele decir, y tú ya no, no puedes llevar ese ritmo que quiero llevar yo".

Le ha cuestionado todo y eso que ella solo tiene cuatro años menos que él. Hasta le ha reñido cuando le ha contado que su sueño era comprarse una moto: "Mal hecho porque tienes una caída a tu edad, lo que te faltaba. De perdidos al río. No es lo mismo yo con 73 y tú con 78 que no puedes tener la misma energía. Vamos a chocar en ese aspecto. Nos tendrían que poner con edades muy iguales para que pensáramos igual". 

La cita estaba más que sentenciada y le ha hecho un favor porque como para aguantar a diario ese chaparrón. Nada le ha parecido bien y eso que ha asegurado al llegar al restaurante que era optimista.