“Yo me sentí bastante culpable”. Susanna Griso se pronunciaba en ‘Espejo público’ sobre el apagón histórico que dejó la gran parte del país sin luz durante horas. A partir de las doce del mediodía y hasta muy entrada la noche, la mayor parte de España no pudo tener acceso a luz ni a las comunicaciones. Horas de miedos e incertidumbres que la presentadora ha querido narrar en primera persona.
Griso se ponía al frente de su programa este martes cuando ya la situación estaba mucho más normalizada. La presentadora recorría el territorio nacional con ayuda de reporteros y periodistas desplazados y buscaba la última hora acerca del suministro y su recuperación. Todavía iba a tardar un poco hasta que Red Eléctrica diese por restituido el sistema.
La presentadora, como le ocurría a muchos de sus espectadores, experimentaba en primera persona problemas que nunca antes había pensado. La dependencia de todos los aparatos eléctricos que hemos vivido y que vivimos. En cuando no hemos podido acceder a la conexión, la gran parte del día a día ha quedado postergada. Algo tan común como lavarse los dientes.
Los problemas de Susanna Griso
“Ayer no me funcionaba absolutamente nada”, explicaba la presentadora de ‘Espejo público’. “Ni el cepillo eléctrico”. Como también contaba Ana Rosa Quintana desde ‘El programa de AR’, cosas tan comunes como ir a comprar, hacer la cena o incluso abrir la nevera parecían imposibles. Se desconocía cuanto iba a tardar en regresar la luz y había que tomar precauciones.
Griso, además, tenía un problema añadido. “Yo me sentí ayer bastante culpable porque venían unos amigos de Bcn a verme”, se confesaba en directo. “Se quedaron a cinco minutos, caminaron por las vías… Esta mañana intentaban volver y no había manera, han alquilado un coche para volver”. No fueron los únicos que tuvieron que andar por las vías de tren o por las carreteras.
Por suerte, solo fueron cinco minutos hasta llegar a la estación. Hubo muchos ciudadanos que pasaron horas encerrados en vagones de tren a la espera de que pudiesen regresar, al menos, a la estación más cercana. Lo mismo ocurría con los vehículos particulares o los autobuses que comunican las localidades.