Valeria Ros (37 años) se ha convertido en un rostro habitual de la televisión en los últimos años. No es de extrañar teniendo en cuenta que es toda una polifacética. En su currículum aparece que es actriz, presentadora, humorista y locutora de radio, pero es mucho más que eso. Ha demostrado soberanamente que está capacitada para afrontar cualquier reto, incluso participar en un programa como ‘Tu cara me suena’ y destacar entre el resto de sus compañeros sin tener talento alguno para el canto. Tiene el don de hacer reír y de ganarse al público.
Se licenció en Comunicación Audiovisual en Salamanca y especializada en interpretación de cine y televisión en la Escuela TAI de Madrid. La de Getxo descubrió tarde su verdadera pasión: el humor. Fue en Londres cuando se dio cuenta de lo que realmente quería en su vida y comenzó su andadura por los escenarios de los bares de la capital inglesa para después trasladarse a vivir a Madrid. Después de conseguir ganar un concurso de monólogos en la Cadena Ser, se hizo un hueco como locutora y guionista en la misma cadena. Poco después, le llegó la oportunidad de trabajar en Central de cómicos de Comedy Central.
Presentó semanalmente ‘La lengua moderna’ junto al también cómico Héctor de Miguel, más conocido como Quequé. En 2017, Valeria Ros participó como colaboradora en el programa de Javier del Pino, ‘A vivir que son dos días’. Un año más tarde llegaría otra de las grandes oportunidades de su vida: ‘Locomundo’ (Movistar Plus+). Allí conoció a David Broncano.
Su talento y la visibilidad que le dio este formato la llevaron en 2019 a ‘Zapenado’, en La Sexta, y compaginándolo como presentadora de ‘Fboy Island España’, una de las grandes apuestas de HBO. Su carrera dio un salto de gigante al cambiar de tercio con su participación como concursante en ‘Tu cara me suena’, donde demostró, una vez más, que es una chica todoterreno.
Presentó después ‘Sexo, famosos y muñecas de trapo’ en Atresplayer. Se puso al frente de este formato mientras proseguía trabajando como colaboradora de ‘Zapeando’. Como añadido, la ficharon como colaboradora en la última temporada de ‘La resistencia’ de David Broncano. Con el traspaso del jiennese a Televisión Española, se vio obligada a elegir entre Atresmedia o TVE. Recientemente ha dejado su puesto como colaboradora de ‘Zapeando’ para aventurarse de lleno en ‘La Revuelta’. Viendo los datos de audiencia del programa de David Broncano, no parece haberse equivocado.
No fue una decisión fácil, pero cuando se decidió, no se arrepintió. "Es real en el sentido de que yo voy a hacer mi sección aquí y por ahora no estoy allí. Confío en que lo vamos a petar. Sé que vosotros no me hacéis elegir, por eso estoy aquí", fue lo único que dijo en uno de los programas de Broncano tras su fichaje hace escasas semanas.
Una ruptura traumática para Valeria Ros
La decisión de una cadena u otra no fue ni de lejos el momento más difícil al que se ha tenido que enfrentar Valeria Ros. Para ella fue cuando nació su hija, Federica, en 2020. Por aquel entonces ya había roto con el padre de su pequeña, el odontólogo italiano Antonio Muscogiuri. Tuvo que afrontar a ese proceso de maternidad en solitario. "Yo recuerdo el principio, el primer mes de mi hija, que además tenía reflujo y no sabían lo que era. Los tres primeros días en el centro de neonatos que no podía dormir con ella... irme a casa sola, o sea, dar a luz e irte a tu casa sola... Pensé en no querer vivir, os lo juro, estaba constantemente pensando que mi hija se iba a morir", dijo en el podcast 'Que si quiero o que si tengo'.
Habló largo y tendido de los retos de la maternidad y cómo compaginarlo con su profesión en su primer libro, 'Ponerme a parir' (Editorial Planeta). En una entrevista con la revista ‘¡Hola!’ aseguró que pensó muchas veces es para pegarte un tiro. "Pero cuando se ríe, te compensa todo. No es fácil, y más con esta edad, en la que la niña requiere toda tu atención. Arrastrar un cansancio que no puedes más, pero, al final, ya te has hecho a ser madre. Creo que es algo muy visceral, muy animal. En mi caso, quiero ser la mejor madre del mundo, aunque a veces me quiera morir de la cantidad de trabajo y el estrés que tengo", decía.