Arantxa del Sol (51 años) y Finito de Córdoba (52 años) forman una de las parejas más sólidas del panorama nacional. Los matrimonios de los toreros parecen estar condenados al fracaso en los últimos años (por la reciente ola de separaciones); sin embargo, en su caso no ha sido así. Hace ya más de dos décadas que se dieron el "sí, quiero" en la parroquia cordobesa de Santa María ante más de 600 invitados. Desde entonces, viven felices con sus hijos. Una muestra de ello es el avivado y romántico reencuentro que han protagonizado esta semana en Honduras. Han dejado claro lo mucho que se quieren y se admiran. Sin embargo, antes de que Finito se cruzase en su vida, Arantxa del Sol tuvo otros amores, algo de lo que ha hablado en 'Supervivientes 2024'.
En aquellos días, la ahora concursante de ‘Supervivientes’ era toda una sensación. Después de convertirse en Miss Madrid en 1989, hizo carrera en el mundo de la moda y se convirtió en una estrella televisiva. Copaba todas las revistas del corazón tanto por sus trabajos como por la expectación que generaban su vida amorosa. La discreción con la que ha llevado siempre sus relaciones ha impedido que se le atribuyesen muchas parejas. Lo cierto es que solo se confirmó un hombre en su vida (antes de Finito).
En 1997 mantuvo una relación con Álvaro Hachuel, un multimillonario judío que regentaba una editorial de libros. Fueron muy discretos e intentaron pasar desapercibidos. Pese a eso, sí se supieron detalles del romance. Se llegó a hablar de que le pidió matrimonio con un regalo muy especial. “El novio de Arantxa del Sol le ha regalado un brazalete de brillantes de mil millones de pesetas, que podría significar una petición de mano”, aseguraron en el programa ‘Qué me dices’ (Telecinco). Aquello quedó en nada.
Poco tiempo después, la pareja decidió emprender caminos por separado. Dos años después, Finito de Córdoba apareció en su vida. Este había sido aún más discreto y solo se le relacionó con Marián Camino, la hermana de su compañero de profesión Rafa Camino.
Arantxa y Finito se casaron en una boda por todo lo alto
Arantxa del Sol y Finito de Córdoba ya se conocían de tiempo atrás. Se vieron por primera vez en un partido de fútbol benéfico en Vallecas entre toreros y artistas en 1993. La cosa no llegó a más. Por aquel entonces, la actriz estaba pasando por un mal momento. Se había visto salpicada por una investigación a una red de tráfico de diamantes en Filipinas en la que ejerció de testigo en el Juzgado de Instrucción número 13 de Sevilla.
Fue en el verano de 1999 cuando Arantxa del Sol y Finito de Córdoba empezaron su romance, algo que fue retratado en todas las revistas del corazón. Dos años después decidieron pasar por el altar entre rumores de infidelidad por parte del torero con Ana Obregón. Pese a todo, la pareja se casó el 20 de octubre de 2001 en Córdoba en una boda por todo lo alto con exclusiva de por medio en la revista ‘¡Hola!’.
Un año después de su boda llegaba a sus vidas su primera hija, Lucía. En agosto de 2008 nació el segundo de sus hijos, Juan Rodrigo. El tiempo ha pasado, pero este matrimonio que se quiere igual o más que el primer día. "22 años desde aquel 20 de octubre y seguimos bailando... Cogiéndonos el paso de este baile que un día decidimos hacer juntos. A pesar de todo, de los días tristes, de este mes terrible en el que me cuesta tanto asomarme a Instagram... busco en mis recuerdos y doy gracias por tenerte a mi lado y sacarme la mejor de mis sonrisas", escribía la presentadora en el aniversario de su boda.
Así son Lucía y Juan Rodrigo, hijos de la pareja
La primogénita de la pareja reside en Madrid y estudia Diseño gráfico y multimedia en la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE). Aun así no descarta seguir los pasos de su madre y probar suerte en el mundo de la interpretación. Compagina los estudios con sus aficiones, entre ellas montar a caballo y pasar tiempo en familia. Sin embargo, asegura que su prioridad es su pareja, el empresario Manuel Aguilar Samaniego, del que está felizmente enamorada.
Juan Rodrigo, que cumplirá pronto los 16 años, aún no tiene muy claro su futuro. Eso sí es un gran admirador del trabajo de su padre, como refleja su cuenta de Instagram en la que aparece toreando.