Si hay alguien que podría hacer de presentador interino en ausencia de Pablo Motos, ese sin duda sería Miguel Ángel Revilla (81 años). Con la visita de este martes serán 29 las veces que ha acudido al programa. Rivaliza con Santiago Segura, al que iguala en apariciones públicas en ese plató. Es tal la confianza que, por su último cumpleaños, se autoinvitó al espacio de entrevistas para celebrar esa fecha tan señalada. Otra prueba más es que son muchos los ciudadanos que le preguntan por la calle al expresidente de Cantabria y actual diputado en el parlamento cántabro que si cobra por ir. En la visita de esta noche habla, como es habitual, de la actualidad política: los resultados de las elecciones europeas, los últimos movimientos de Pedro Sánchez y la Ley de Amnistía.
También charlará de lo que le apetezca porque con Revilla nunca hay nada pactado de antemano. Se le deja hacer como estrella televisiva que es. Es parte de ese atractivo que genera tanto cariño entre el público y que le ha convertido en uno de los políticos querido del país.
El estado de salud de su mujer Aurora
Muy celoso de su intimidad, Miguel Ángel Revilla ha recordado que conoció a su mujer cuando ella comenzó a trabajar como secretaria en la sede del Partido Regionalista de Cantabria, pero ha sido Pablo Motos quien ha dado la última hora de su estado de salud. Y es que Aurora fue diagnosticada con cáncer de colon en 2022. "Aquí está (entre el público), que está del cáncer estupendamente y cada día más guapa. Está empezando cada día a retroceder en la edad porque tú cumples años hacia delante y ella hacia detrás", ha dicho el presentador.
Aurora, mujer de Miguel Ángel Revilla en 'El Hormiguero'.
Sobre sus hijas, Miguel Ángel ha contado que tiene a una en Dubai y otra trabajando desde antes que él se dedicara a la política "en un puesto poco retribuido dando el callo 8 horas. "Y la otra, que acaba de terminar la carrera de Psicología trabajando por 1.400 euros 10 horas al día lidiando con personas con problemas de la mañana a la noche. Esta es mi familia", ha dicho en 'El Hormiguero'. "Nunca se me habría ocurrido meter a mi mujer en los negocios ni en mis llamadas telefónicas", ha añadido sobre lo que supone trabajar con gente cercana.
La vida de Revilla
Su casa se convierte en un "parque de atracciones" los fines de semana. "Hemos tenido que crear aquí los sábados de fotos porque vienen autobuses de personas para hacerse fotos conmigo, con los niños y con los perros... Así que el finde lo ordenamos de esta manera. ¡Que yo trabajo todos los días de la semana, tío!", contaba en una entrevista en el programa al que más veces ha ido. Aunque no es el único espacio al que ha acudido. Ha acompañado a Andreu Buenafuente en 14 ocasiones, se ha sentado junto a Bertín Osborne cuatro veces y ha hecho peripecias con Jesús Calleja otras cuatro.
Es también el hombre con el que todos quieren compartir un buen rato. "¿Tú sabes que todos los años gano el premio ese de Mahou de que soy el tío con el que quieren tomarse una caña todos los españoles?", le preguntaba a Pablo Motos. O al que ofrecen miles de españoles su casa para que pase unos días. Su cercanía ha hecho que se gane el amor del público sin juzgarlo por sus ideales políticos.
Miguel Ángel Revilla y su amor por Aurora
Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y diplomado en Banca y Bolsa por la Universidad del País Vasco, Miguel Ángel Revilla ama por encima de su trabajo a su familia. Con su primera mujer, María del Pilar Hoyo, las cosas no salieron como esperaba. Después de nueve años se separaron, pero junto a ella tuvo a dos hijas, Pilar (43 años) y Jana (36), a las que adora.
Se casó en segundas nupcias con Aurora Díaz Abella, a la que conoció hace más de tres décadas en la sede del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) que él fundó en 1978. Ella trabajaba como secretaría y desde el primer momento hubo conexión entre ellos. La conquistó en Salceda, municipio de Polaciones, su lugar natal. Aunque el tiempo aquel día no les acompañó, recuerda que le cantó una ranchera que terminó en boda. Fruto de ese amor nació la pequeña del clan, Lara (23 años), quien ha estudiado la carrera de Psicología en Donostia y se encarga de llevarle las redes sociales a su padre. Eso sí, ha descartado completamente sumergirse en la política.
El matrimonio, que vive en un piso de 121 metros cuadrados en el pequeño municipio de Astillero, a diez kilómetros de Santander, siempre ha sido de lo más discreto. A diferencia de su marido, Aurora Díaz apenas ha concedido entrevistas en la pequeña pantalla y solo le ha acompañado a los actos políticos estrictamente necesarios. Ella siempre ha sido el pilar de su vida, aunque los últimos años no lo ha tenido fácil debido al cáncer de colon que le diagnosticaron en 2022.
Afortunadamente evoluciona favorablemente, como así contó el político después de que le quitasen 35 centímetros de colon y recibiese un tratamiento de quimioterapia. "Tengo muchísima confianza y seguridad. Es terrible que yo con 81 años que voy a cumplir en enero y con todas las patologías que he tenido y ella que no ha tenido una enfermedad nunca y de repente un día haya aparecido esto", explicaba en el programa de televisión ‘Viajando con Chester’. Aseguraba, muy emocionado, que lo estaba llevando con una entereza de admirar y que estaba más guapa que nunca: "Está espectacular. Se ha cortado el pelo y ahora está incluso más guapa. Estoy más enamorado de ella que nunca porque ahora la necesito más".
Ha sido un terrible momento en sus vidas, pero el mayor varapalo para Miguel Ángel Revilla fue perder a su hermano Jaime en una accidente de tráfico cuando tenía 30 años. "Lo de Jaime fue terrible. Éramos más que hermanos. Él me adoraba, me tenía mitificado. Me acuerdo muchísimo de él, no puedo olvidarle. Me acuerdo que cuando me dieron la noticia me desmayé", contaba a Bertín Osborne en 'Mi casa es la tuya'. No lo ha superado aún. Ni siquiera ha podido volver a la casa en la que se criaron juntos: "Si voy empezaré a llorar porque me voy a acordar de la habitación que tenía con mi hermano Jaime".
Miguel Ángel Revilla, un abuelo feliz
La alegría de la casa llegó en 2014 con el nacimiento de su primer nieto, Bruno. Todo el tiempo que no pasó con sus hijas por sus compromisos laborales, intenta disfrutarlo ahora con el pequeño. Comparte paseos por la playa, juegos en el parque y su pasión por la pesca con él. Eso sí, le hubiera gustado haberse convertido en abuelo mucho antes pues, en más de una ocasión, ha asegurado que le ha cogido un poco mayor.