La semana ha sido ajetreada para el equipo de 'El Hormiguero'. Han hablado de la nueva edición de 'La Voz Kids', se han puesto al día con Frank Cuesta y han conocido los entresijos de 'Perverso', la nueva serie de Kira Miró y Esmeralda Pimentel. Aún les quedaba un artista por recibir. Pablo Alborán (34 años) ha visitado a Pablo Motos (58 años) y sus hormigas después de su exitosa gira por España, Latinoamérica y Estados Unidos.
Este tour es el último antes del break que anunció que se iba a tomar después de uno de los años más frenéticos de su carrera. "Necesito desaparecer durante un tiempo para poder crear lo que viene. Voy a parar, voy a tomar digamos este capítulo en el que me enfrento a la hoja en blanco con mucha ilusión, con muchas ganas, cargado de inspiración y de muchas historias que contar", anunciaba hace tan solo un mes en una charla con EFE.
Unas palabras que ha reafirmado esta noche en el plató de 'El Hormiguero'. "Creo que han sido unos años de mucho trabajo. Necesito barbecho. Necesito volver a escribir sin esa presión que te dan… Me apetece observar, me apetece vivir. El otro día estuve en Recoletos escuchando música en vivo. Necesito estar con los míos. Necesito estar sin ningún condicionante. Eso requiere un tiempo. No se cuanto, pero… Es importante descansar", ha justificado el cantante.
El extraño regalo que Pablo Alborán recibió durante su gira
Además de explicar los motivos que le han llevado a hacer un parón en su carrera profesional, Pablo ha explicado algunas de las anécdotas que se ha encontrado durante esta última gira. Una de las más bizarras fue cuando recibió un extrañísimo regalo de un fan: una sandía con su cara.
Así es. Alborán aceptó esta fruta en la que se había tallado su rostro. "Me quedé en shock. Me quedé con la sandía... Yo estaba en el autobús, en el sleeper. Estábamos muchos. Me dan el melón y aparezco allí con el melón. Mis músicos no entendían... No sabían si comérselo o no por si me faltaban al respeto. Yo no sabía si comerme a mi mismo. Al final dije, 'se va a pudrir la sandía, hay que comérsela", ha relatado. Una entrañable situación que seguro recordará durante su parón.
El parón musical de Pablo Alborán
Alborán ha sido y es muy crítico con los tiempos frenéticos que marca ahora la industria. No cree en eso de que cuanto más produzcas, mejor. "Hay gente obsesionada con cubrir algoritmos y dar el gran pelotazo. Quieren llegar a cuantos más oyentes mejor en poco tiempo. Sus éxitos apenas duran una semana. La competitividad es tremenda y absurda", ha reflexionado. Para el malagueño es importante reconectar con uno mismo y darse un tiempo de parón para poder seguir al pie del cañón.
Es consciente del esfuerzo y trabajo que implican las giras interminables y los sinsabores que puede llegar a tener la fama. Ya se tomó un respiro en 2016 como consecuencia de la ansiedad que padecía. Necesitó de la ayuda de expertos para poder recuperarse. "No hace falta estar mal para acudir a un especialista. La palabra es sanadora, igual que la música. Todo lo que implique comunicación te permite aprender algo y, sobre todo, evolucionar", reconocía entonces a varios medios de comunicación.
En su caso no hay duda de que le funciona. Cosecha éxito tras éxito desde que en 2010, la discográfica EMI Music Spain lanzó su primer álbum, de nombre homónimo. Canciones como ‘Solamente tú’ y ‘Miedo’ se convirtieron en verdaderos himnos para sus seguidores. Sus siguientes trabajos le consagraron como uno de los artistas nacionales más importantes del país. Prueba de ello son las 24 nominaciones a los Premios Grammy Latinos que tiene.
Su camino hacia el éxito
La pasión por la música le viene desde niño. Sus compañeros de clase pasan las horas en la calle o jugando a videojuegos. Él, sin embargo, se encerraba en su habitación del barrio malagueño del Limonar para componer canciones y aprender a tocar sus primeros acordes con la guitarra.
Con 12 años comenzó a tomar clases de canto en el Centro Cultural Manuel Estepa, en la localidad de Arroyo de la Miel (Benalmádena). Tres años más tarde, decidió inscribirse en la Escuela de Música y Artes Escénicas de Málaga. Tuvo la suerte, que no siempre tienen todos los artistas, de contar con el apoyo de sus padres, el arquitecto Salvador Moreno de Alborán Peralta y la francesa Helena Ferrándiz Martínez. Una de las primeras letras que compuso, ‘Malva’, están dedicadas a su madre.
Gran parte de su éxito se lo debe también a la profesora que le enseñó a cantar, María Adela Merchán. La primera vez que escuchó su voz, se le cayó la baba. Lo contó en una entrevista a Vanitatis: "No daba crédito a lo que escuchaba... Cuando terminó, le pregunté: ‘Pero ¿tú de dónde has salido? ¡No tienes edad para componer esto!’. Esa profundidad en la letra, en la melodía, esa capacidad... No era normal. Cada día me traía una canción nueva, a cual mejor. Era un prodigio, absolutamente extraordinario, algo insólito".
Diana Navarro y Sergio Dalma, sus grandes apoyos
Pablo Alborán no cesó en su empeño de hacerse un nombre en el mundo de la música. Cada minuto de su día lo dedicaba a practicar. Compartía sus versiones de éxitos de otros en YouTube con la esperanza de que alguien lo viese y le diese su primera oportunidad. Lo consiguió. Le llegó de la mano del productor musical Manuel Illán, que le pidió grabar su primera maqueta con el tema 'Déjame de volverme loca', de Diana Navarro. Se trataba de una canción muy especial ya que conocía de sobra a Diana Navarro, a través de su padre. Ella siempre le apoyó, al igual que Sergio Dalma.
Su blindada vida sentimental
Siempre ha mantenido las distancias cuando se trataba de hablar de algo personal. Fue sorpresa para muchos cuando se sinceró sobre su orientación sexual en pleno confinamiento. "Siempre he luchado en contra de toda expresión que vaya en contra de cualquier libertad o igualdad; desde el racismo, la xenofobia, el machismo, la transfobia, la homofobia… cualquier tipo de odio. Y hoy quiero que mi grito se haga un poco más fuerte, y tenga más valor y peso. Estoy aquí para contaros que soy homosexual, que no pasa nada y que la vida sigue igual. Yo necesito ser un poquito más feliz de lo que ya era", dijo a través de sus redes sociales.
Es tal el hermetismo de Pablo Alborán que ni siquiera se sabía nada de la relación que mantuvo con un banquero hasta 2023. Se conocieron en Madrid gracias a unos amigos comunes y compartieron una historia de amor que duró algo más de dos años. Puede que a Pablo Motos le de algún que otro detalle sobre cómo está actualmente su corazón.