Nathalie Poza la confiesa a Pablo Motos en 'El Hormiguero' el 'tierra trágame' que vivió con el actor Eduard Fernández

La semana avanza en 'El Hormiguero'. Después de hablar de música con Ptazeta y de redes sociales con Ceciarmey, llega el momento de volver al cine. Pablo Motos (59 años) y sus hormigas reciben a Eduard Fernández (60 años) y Nathalie Poza (52 años). Los actores acuden al programa de Antena 3 para presentar 'Marco', su nueva película que llega a los cines el próximo 8 de noviembre. Esta cinta narra la historia de Enric Marco Batlle, el que durante años hizo creer a toda la sociedad que era un superviviente de un campo de concentración nazi.

Hablarán de su último proyecto y repasarán algunos de los momentos más llamativos del rodaje. Lo cierto es que tienen mucho más de lo que hablar. Nathalie es un rostro ya conocido por los espectadores de 'El Hormiguero'. Ha acudido en varias ocasiones al programa y tiene varias preguntas pendientes que puede que este miércoles le formule Pablo Motos.

Durante su charla con el presentador han hablado de todo lo relativo a la realización de la película. De hecho, Eduard confesaba algunos detalles de su preparación al personaje, como son el hecho de haber engordado pero también meterse en el papel de una persona mayor con los diferentes dolores y achaques de la edad, los cuales ha explicado que centraba fundamentalmente en la espalda y la forma de caminar.

Es por ello que Nathalie ha interrumpido a su compañero para revelar la reacción que tuvo al verlo en esta tesitura. “Estaba totalmente transformado. Yo de hecho cuando le volví a ver, mira que nos conocemos de hace años, me pareció rarísimo, no le reconocía. Yo no sé si prefiero al otro, me daba mucha ternura Enric”, aseguraba la actriz. De este modo, se sorprendió al verlo tan metido en el papel que tenía que interpretar, extrañándose de sus gestos.

La boda pendiente de Nathalie Poza

Sus actuaciones en 'No sé decir adiós' y 'La boda de Rosa' le valieron el reconocimiento de la Academia, pero en el amor también ha tenido éxito. En los 2000, formó una de las parejas de moda del cine español. Durante cinco años, entre 2003 y 2008, salió con el actor Gonzalo de Castro. El madrileño después fue pareja de Natalia Verbeke.

Nathalie Poza y Gonzalo de Castro

Esta pareja forma parte de la historia del papel couché. A día de hoy, la actriz está comprometida con el diseñador industrial Nando Abril. Mantienen una relación desde hace algo más de una década. El tiempo pasa, pero la boda no llega.

"Han pasado ocho años para desgracia de mi pareja, que se queja de que le he engañado. Tengo el anillo, pero no me he casado. Lo que me da miedo precisamente es la ceremonia", explicó durante la promoción de 'La boda de Rosa', que se estrenó hace ya cuatro años.

La eterna lucha de Nathalie Poza contra la anorexia

La interpretación ha sido el refugio de Nathalie e, incluso, su salvación. Desde joven, ha estado marcada por los diferentes trastornos alimenticios que sufrió. "De adolescente, tuve trastornos alimentarios muy fuertes. Se puso de moda vomitar y, aunque estaba monísima, me veía siempre muy gorda. Me he castigado mucho por la anorexia durante muchos años", relató a 'XL Semanal'.

Su irrupción en la industria cinematográfica hizo que sus inseguridades aumentaran. "No hay nada más terrible que un productor te pida que adelgaces cinco kilos. Empiezas a no cenar. (...) Es terrible que alguien que te está dando trabajo te diga eso de 'qué bien lo haces, pero ya si perdieses tres o cuatro kilos'", exponía.

Nathalie Poza y Javier Gutiérrez, una amistad de más de 20 años

Nathalie cuenta con una extensa trayectoria profesional. "Este oficio me ha salvado la vida. Si no me hubiera agarrado a esto, no sé qué hubiera sido de mí", dijo la intérprete tras recoger su primer Goya en 2018. Cuenta con otro cabezón y con seis nominaciones más. A su lado siempre ha estado el también actor Javier Gutiérrez (52 años). Se conocieron mientras estudiaba la carrera de Arte Dramático. Además, para pagarse los estudios, ambos trabajaron como animadores de discotecas y bares de copas.

"Eran shows con casquería y a veces nos regañaban porque eso cuando se lo tirábamos a la gente luego olía muchísimo", reconoció la actriz, que recuerda que se quedaron con las camisas de fuerza para otras obras que realizaron posteriormente. "Le echábamos mucho morro con las cosas. Alucinaron con nosotros y dejaron de llamarnos", añadía.

Su sintonía era tan buena que incluso el actor encargó a su amiga que le comprara algo para su progenitora en un Día de la Madre porque él tenía que trabajar. "Llegué con 18 y fantaseaba con ser actor. Le di 2.000 pesetas para que comprara un regalo a mi madre. Le compró un jersey. Ella se acordará toda la vida. Hasta ese punto", ha contado Javier Gutiérrez, quien apuntaba que tanto el teatro como el cine o la propia vida les ha seguido uniendo.