Las puertas del restaurante de 'First Dates' (Cuatro, 21:45 horas) abren noche tras noche. Carlos Sobera, Elsa Anka (57 años) y el resto del equipo del programa ponen toda la carne en el asador para que los comensales cumplan su objetivo: encontrar el amor. Cada uno acude con un bagaje y un contexto diferente. Hay quien tiene hijos, hay quien acumula demasiados desamores, y luego está Darío, un joven de 21 años, que estudia Turismo y que aún no ha conocido de primera mano lo que es el amor. "He estado enamorado, muchas veces, pero la parte que me cuesta es el exteriorizarlo y el contarlo", reconoció a las cámaras del programa.
Darío no ha tenido parejas ni relación alguna, pero esta noche acude a 'First Dates' en busca de su primer amor. Su cita es Silvia, una chica que, hasta ahora, tampoco ha tenido suerte romántica. El programa espera que la situación cambie radicamente para ambos, pero las discrepancias marcarán el rumbo de esta cita llena de baches. El primero llegó cuando ella confesó que, para ella, los animales son muy importantes. "Yo trabajo con perros, soy educadora canina. Me encantan. Por mí, lo hacía gratis", dijo ante una mirada pasiva de su cita. Quiso mantener el tema vivo y se interesó, al no ver respuesta, por conocer la opinión del que cenaba con ella: "¿A ti te gustan?".
La respuesta no iba a ser la esperada. Darío trató de rehuir la pregunta. "La verdad es que no tengo animales en casa", respondío, pero Silvia siguió insistiendo. "El pelo de los gatos y de los perros no me gusta mucho. Suelo respitar mucho por la boca, y eso (los pelos de animales) y el polvo me crea un poco de alergia", añadió ante la insistencia. 'First Dates' rápidamente muestra el descontento de Silvia con esta afirmación: "Me ha sorprendido para mal que no le gusten los animales. ¿A quién no le gustan los animales?". Lo que la joven no se esperaba es que habría un momento 'tierra, trágame', aún peor.
Silvia trató, por todos los medios, de encontrar aficiones en común. Le preguntó por la lectura, el cine, los deportes... Nada de nada. "O estoy estudiando o estoy en eventos", respondió. Volvió a querer saber si había algo que le interesase especialmente. La respuesta volvió a ser negativa. La única pregunta que Darío contestó de manera afirmativa fue la que Silvia menos se esperaba. "¿Eres virgen?", le preguntó sin rodeos, mientras él asentía con la cabeza. A la educadora canina le descuadró la respuesta, sí, pero también hizo que cambiara la opinión que tenía de su cita. "Más que hetero, le veo asexual. No le veo muy echado para adelanta para probar nada", expuso a cámara.
Silvia continuó la conversación por ese camino. Le dijo que ella era bisexual, a lo que él respondió con un "no pasa nada" que le descuadró aún más. "Le he visto como muy monjil", continuaba ella. El propio Darío se dio cuenta de que ella estaba "más adelantada", pero no solo en el amor, también en la vida. La joven siguió indagando en la personalidad de su cita con una pregunta digna de botellón: ¿qué te llevarías a una isla desierta? "Pues, como mucha gente dirá, el móvil por si hay una emergencia", respondió. "Es una isla desierta. No hay cobertura", le insistió ella.
"Le he visto perdido, pero tampoco le echa ganas a encontrarse", juzgó la joven, que buscaba cualquier excusa para alejarse de su cita. No tenía ganas de volver a verle y se lo dejó claro: "Prefiero el norte que el sur. No soy muy fan de Andalucía y eso que mi padre es de Jaén". En la decisión final ambos estuvieron de acuerdo: no habrá segunda cita. "Tenemos muchas diferencias", dijo él en un intento de no molestar demasiado. Sin embargo, Silvia sí que fue 'a matar'. "No, por lo mismo, porque somos muy diferentes. Te he visto muy parado, que tenía que hacer yo todo", dijo antes de levantarse y abandonar el restaurante de 'First Dates'.