Miguel Ángel Revilla revela el momento ‘tierra, trágame’ que vivió en la boda de los reyes Felipe y Letizia

Con motivo del 20 aniversario del enlace de los Reyes de España, Miguel Ángel Revilla ha contado algunas anécdotas de aquel día histórico

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Miguel Ángel Revilla
laSexta

En la memoria de todos siempre habrá un hueco especial para aquel multitudinario "sí, quiero" de don Felipe y doña Letizia. Se lo dijeron en aquella mañana lluviosa del 22 de mayo de 2004. Ante 1.200 invitados y los más de 25 millones de telespectadores que fueron testigos del histórico enlace, los Reyes pronunciaron sus votos y se prometieron fidelidad en la catedral de la Almudena de Madrid. Aunque en su momento fue narrado minuto a minuto, todavía hoy siguen saliendo pequeños detalles de lo que fue aquel día contados por algunas de las personas que asistieron. Uno de ellos fue Miguel Ángel Revilla (81 años) que, con motivo de los programas especiales que se están haciendo por el 20 aniversario, ha recordado cómo vivió ese día. 

Tiene muchas anécdotas de la boda de los Reyes de España, pero hay una en concreto que no consigue olvidar y que hasta ahora no había contado. Por aquel entonces, el expresidente de Cantabria ya tenía un problema de salud por el que se ve obligado a acudir regularmente al servicio.

"No pude ir al cuarto de baño durante cuatro horas y media. Para mí fue muy duro aguantar sin ir al baño exactamente cuatro horas y media, habida cuenta de que tengo un problema prostático", confesaba este sábado en el programa especial sobre este aniversario en ‘La Sexta Xplica’.

Por un fallo de la organización no se dispusieron los suficientes cuartos de baño y se produjeron muchas colas durante la boda. Como ha confesado él y otros invitados de la noche que estuvieron en la boda real, solo había cuatro servicios. Cuando Miguel Ángel Revilla consiguió entrar después de esperar mucho, tuvo la mala suerte de que se encontraba el Rey de Noruega. "Había una puerta entreabierta y pensé: 'esta es la mía, no hay nadie'. Pero estaba el Rey de Noruega. Es un tío de dos metros, que llevaba 20 kilos de medallas y un espadón de dos metros. Estaba en el trono. Como tenía la espada, no le dejaba cerrar la puerta y por eso estaba entreabierta", recordó el político. 

Curioso es que por aquel encuentro tuvo que dar explicaciones al Parlamento de Cantabria por el Partido Popular. "Me pidió que tenía que pedir una carta de disculpa a la casa de Noruega. Me pusieron la contestación a huevo. ¿Quién no ha entrado alguna vez a un baño y había alguien dentro? Respondí que de quién era la culpa y que quién no ha entrado alguna vez en un baño y había alguien dentro", reiteraba Miguel Ángel Revilla.

La afección que padece Miguel Ángel Revilla

Aunque bromea sobre aquel incidente, recalca que se trata de un tema de salud serio: “Tengo que ir al baño muy frecuentemente. No puedo esperar más de dos horas, si lo hago se me puede originar una infección”. Con su habitual carácter bromista, Revilla no dudó en comentarle lo sucedido a Don Juan Carlos, como así ha contado: "Se lo dije al fugado en su día, ¿cómo es que hay solo cuatro baños? Si aquí todos los que vienen son de la tercera edad. ¡No podía más!".

No fue la única anécdota de aquel día. La periodista Rosa Villacastín recordaba la entrada en solitario de Carolina de Mónaco a la Catedral de la Almudena de Madrid debido a que su por aquel entonces marido, Ernesto de Hannover, había decidido irse de borrachera la noche anterior por la capital de España. "Ese momento fue memorable, pero no fueron los únicos, los Saboya tuvieron una gorda antes de la boda, se dijeron de todo", contó.