'La isla de las tentaciones' ha vuelto a convertirse en un éxito de audiencias, uno que ha superado con creces cualquier expectativa. En 2020, nos pasamos semanas gritando eso de "¡Estefanííía!"; incluso hubo quien se atrevió a acudir al restaurante donde entonces trabajaba Christofer para recrear frente a él la icónica escena. La historia se ha repetido este año (cuando ya creíamos que este reality show no tenía nada nuevo que ofrecer). Esta vez la voz que resuena en nuestras cabezas es la de Sandra Barneda (49 años): "Montoya, por favor, vuelve". Corporaciones de diferentes lugares del mundo han recreado la huida de Montoya a Villa Playa con estas palabras de fondo.
Esta escapada y el triángulo amoroso Montoya-Anita-Manuel se convirtieron en un fenómeno viral y mundial. Hasta Whoopi Goldberg (sí, la actriz de 'Sister Act') lo comentó en el programa de televisión estadounidense que ahora presenta. A partir de ese momento, todo empezó a enredarse en 'La isla de las tentaciones', tanto que esta –la octava– ha sido la primera edición en la que todos han caído en la tentación. No es casualidad. A día de hoy estamos, según apunta la psicóloga Lara Ferreiro, en máximos históricos de infidelidad en nuestro país. Pero, ¿por qué nos gustan tanto los realities sobre infidelidades?
Un formato creado para ser adictivo
"Las historias de amor e infidelidades son universales. A lo largo de la historia, los triángulos amorosos y las traiciones han sido un motor narrativo irresistible", apunta Juanfran Velasco, experto en comunicación y televisión, señalando al verdadero late motiv. Esto tiene su fundamento, digamos, científico. "Somos adictos a la dopamina, que es la hormona del placer, y a la adrenalina, que es la hormona del riesgo, que nos generan estas situaciones", apunta Lara Ferreiro, autora del libro '¡Ni un capullo más!: El método definitivo para quererte y encontrar a tu pareja perfecta'.
Solo hay que echar un vistazo a la literatura española, la música o el cine. Están repletos de ellas."El morbo es la clave", incide Ferreiro. Como bien reflejó Alfred Hitchcock en 'La ventana indiscreta', el placer está en el hecho de asomarse a la intimidad de otro. "Esa curiosidad perversa del ser humano de ver cómo otros caen en la tentación, en el conflicto y en las infidelidades. Al final, todos tenemos un lado muy voyeur y con esto se satisface", comenta la psicóloga.
Mediaset
A esto se le suma el efecto llamada: "Hay un efecto del refuerzo social. Es un fenómeno cultural del que todo el mundo está hablando y nadie se lo quiere perder". Solo hay que ver las reuniones que se han creado para ver nuevas entregas. Incluso hay locales que han apostado por ponerlo en sus televisiones como si fuese la final de la Champions League. También nos permite liberarnos del estrés del día a día a base de bromas y memes (gracias a Jorge Cyrus por tanto).
Lo que aprendemos de formatos como 'La isla de las tentaciones'
'La isla de las tentaciones' ha sido un éxito de audiencia. Ha sentado frente al televisor a una franja de edad que ya no acostumbra a hacerlo. Este tipo de contenido consigue conectar especialmente con la Generación Z. "En ellos, seis de cada diez mujeres pasan por relaciones tóxicas", apunta Ferreiro. Los calificativos de Tadeo a Sthefany o las burlas de Anita a Montoya son algo más habitual en las parejas de hoy en día de lo que a priori se puede pensar. "Ver algo como 'La isla de las tentaciones' te hace sentirte menos mal. Si estás en una relación tóxica, pasa eso de 'mal de muchos consuelo de tontos'", reflexiona.
Por suerte, este formato también hace reflexionar a aquel que se sienta frente a la pantalla: "También te pones en su lugar. Piensas: '¿Si yo fuera ahí pondría los cuernos a mi pareja?'. Nos puede servir para darnos cuenta de si tenemos o no comportamientos tóxicos con mi pareja o con la relación", comenta.
"Que sea tóxico no es cuestión de género o de persona. Te intoxicas de oxitocina, la hormona del amor, y te vuelves sorda y ciega", comenta. Lara Ferreiro sabe de lo que habla. Estuvo trabajando como piscóloga en un centro de adictos durante un año y ha traducido un programa de adicción de estupefacientes a la droga del amor en su último libro, que ha sido traducido a idiomas como el griego, el polaco o el ruso. "Para mí una relación tóxica no es amor, es adicción emocional. Te enganchas como si fuera una droga. Genera la misma adicción que puede dar la cocaína o el crack. El circuito de la recompensa se altera. Solo quieres tu droga".
El auge de la infidelidad en España
'La isla de las tentaciones 8' ha sido la primera edición en la que todas las parejas han caído en la tentación. Eso es un mero reflejo de la sociedad en la que vivimos. Según Ashley Madison, la aplicación de citas para casados número 1, en España hay 8,5 millones de hombres infieles y 7,5 millones de mujeres. "Una de cada tres personas con pareja pone cuernos. Eso es que vas por la calle y de los que ves uno sí los pone y dos no", aclara Ferreiro.
¿Por qué hay tantas infidelidades? "A día de hoy la mujer sí se puede permitir ser infiel. No depende económicamente del marido y a una mujer no se le suele pillar una infidelidad", apunta. Según la cita aplicación de citas, que cuenta con 80 millones de usuarios repartidos por el mundo, el 60% de las mujeres finge el orgasmo con su marido. "Están hartas de fingir y prefieren buscarse un amante. La gente lo ve como un complemento a la pareja". El sentimiento de culpa ha desaparecido.
Mediaset
Lara Ferreiro está convencida de que estamos ante la verdadera revolución de la mujer. "Gracias a la independencia ecónomica podemos elegir y tenemos acceso a la información psicológica. También está cambiando el discurso de la crianza, ya no hay que aguantar. Estás si te compensa y si eres feliz", asegura. Seleccionar a una pareja es más importante que nunca. "Hasta ahora estábamos ciegas y nos dejábamos llevar por la bioquímica, pero también hay que ver lo que te da una persona para no caer en el círculo de luna de miel, campaña electoral, luego te anulan, abusan de ti, ghosting y vuelven como si nada a los meses, y se repite", reflexiona.
A este dato hay que sumarle que en España hay 16 millones de solteros y solteras en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE): "Muchas personas prefieren estar solos antes de estar en una relación". También que el 60% de las parejas se conocen por aplicaciones tipo Tinder.
Si algo queda claro de estas conversaciones es que el amor está cambiando. Eso y que en definitiva, como dice Juanfran Velasco en una reflexión sobre 'Sálvame', La Frábrica de la Tele y la recién creada La Osa que bien podría aplicarse a este tipo de realities, "en el fondo, somos como esta televisión. Imperfecta, llena de contradicciones, con muchas áreas de mejora, sí... pero también con la capacidad de reinventarnos, de cambiar, de rompernos y volver a armarnos una y otra vez. Porque hasta en el caos puede nacer algo nuevo. Porque, al final, las historias que más nos marcan no son las perfectas, sino las que, a pesar de todo, se atreven a seguir adelante".