Son muchos los solteros que han pasado por 'First Dates', el programa que se empeña en buscar el amor desde 2016. Algunos de los comensales aseguran haber acudido al restaurante de Carlos Sobera solo por la comida (y si conocen a alguien interesante, pues mejor), pero hay quien su dieta no le permite probar ninguno de los platos que se sirven allí. Eso le ha pasado a María, quien aseguró antes de sentarse en su mesa que no iba a comer nada porque lleva dos años sin ingerir nada sólido.
María se reafirmó ante las cámaras de 'First Dates', donde apuntó que solo se alimenta de los aceites esenciales que extrae del bosque y de la naturaleza: "Yo y todos los humanos podemos hacerlo. Podemos vivir del oxígeno puro, de la planta de los pies en contacto con los nutrientes de la tierra, porque los poros más grandes están en los pies". Puede que este sea el secreto para tener, como apuntó Carlos Sobera, una forma física extraordinaria.
El presentador de 'First Dates' quiso saber más sobre la dieta de María. La comensal aseguró que comenzó siendo vegana, después pasó a ser crudivegana y finalmente es liquidariana. Es decir, María lleva dos años enteros sin comer sólido porque está convencida de que los parásitos se acumulan en nuestro interior y nos dominan hasta la muerte: "Para venir aquí no he comido nada, solo he bebido agua de coco y mi propia orina". La sorpresa de Sobera fue notable, al igual que la de su pareja de cita.
En un intento de demostrarle sus creencias a Rafael, le ha pedido permiso para quitarle un poco de ensaladilla (ella solo ha pedido líquidos) y ha comenzado a untárselo por el cuerpo para explicar cómo los alimentos se quedan pegados por nuestro intestino. Su pareja se "quedó loco", pero le pudo la curiosidad. Le preguntó de qué se alimentaba. "Las infusiones no alimentan a menos que bebas JB", apuntó Rafa. Para María esto es algo muy serio.
El soltero intentó no juzgar a su cita, pero sí mostró preocupación por ella: "Parece muy alegre, pero en el fondo creo que esta triste". Las sorpresas para Rafa no terminaron ahí. Cuando María le ha comenzado a hablar de sexo, ambos han tenido claro que no eran compatibles. "Soy neutral, no necesito sexo y busca a una persona a la que no le guste tener cochinadas sexuales", apuntó María. Esta fue la excusa perfecta para terminar la cita con un amigable abrazo y un adiós.