Manu Baqueiro se ha convertido en una de las caras más queridas de nuestra televisión. Su inolvidable personaje de Marcelino, primero en Amar en tiempos revueltos y después en Amar es para siempre, le convirtió en el compañero perfecto de las sobremesas desde 2005 al final de la serie en 2024.
Además de eso, fue el segundo finalista de Masterchef Celebrity 7 donde se dio a conocer como persona más allá de su trabajo como actor. Y ahora se ha conocido que es uno de los participantes del talent show Tu cara me suena 12 en Antena 3 que ya está grabando.
Lecturas.com ha podido entrevistarle durante la presentación de la serie Perdiendo el juicio en el Festival de Málaga. Una ficción de 10 episodios que puede verse ya en atresplayer y que próximamente llegará al prime time de Antena 3. En ella, Manu Baqueiro interpreta a Gabriel Ochoa, un abogado con un despacho al borde de la ruina que contrata a Amanda (Elena Rivera), una abogada con TOC en la que ya nadie confía, pero que tiene un gran talento para resolver casos.
¿Cómo has vivido este rodaje?
Lo hemos pasado muy bien, con todos los compañeros. Yo tengo mucha trama con Elena y con Miquel Fernández, con Daniel Ibáñez, con Lucía Caraballo y con Alfonso Lara que está para comérselo, ya lo veréis. Menos Miquel todos forman parte del microcosmos de mi despacho de abogados, que es como un reducto de cutrez, e intentamos salir a la luz con la llegada de Amanda. Yo la contrato pensando que nos puede ayudar mucho en este despacho. Visualmente, la serie es la bomba porque son todo localizaciones naturales. Un día estamos rodando en Ávila, pero en otros estamos por el Manzanares, otro estamos en un lugar perdido de Segovia... Creo que eso la hace muy exportable a cualquier país, porque no sabes dónde puedes estar y porque tiene este rollo que hacen muy bien los americanos, que es que respira la serie muchísimo.
¿Cómo es Gabriel?
Yo diría que este es un personaje que ha tocado fondo, como lo ha tocado el personaje de Elena, y a veces entre perdedores, entre gente que está en la desgracia, pues te reconoces, Y a eso se agarran ellos para intentar sacar a flote, en este caso mi despacho y también sus propias vidas. Creo que esa interrelación entre el mundo profesional de cada uno y sus miserias y cómo intentan sacarlo adelante le da mucho peso a la serie y tiene mucho punto.
Atresmedia
¿Es la primera vez que haces de abogado?
Sí, es mi primer abogado... Aunque yo estudié Derecho y Arte Dramático.
¿Te acordabas de algo?
De casi nada. Había un asesor jurídico y si algún día no estaba, yo llamaba a un par de amigos que siguen en esto para que me ayudasen. (Con este personaje) ha sido como cerrar un círculo. Al final voy a ejercer, pero en la ficción. Yo creo que es una serie de abogados, pero también es mucho más que eso. Es una serie de resolución de casos, algunos en los juzgados, otros son en la calle y es muy dinámica. También se trata con mucho respeto el caso del TOC. Creo que es un caramelito, yo soy muy optimista y creo que va a ir muy bien.
¿Crees que uno se puede quebrar por tener mucho éxito, como le pasa a la protagonista?
Yo creo que se puede morir de éxito, pero le puede pasar a mucha gente, que pierdan el norte o que pierdan las referencias. Y, a lo mejor, si no tienes gente cerca las puedes perder y le puede pasar a mucha gente en esta profesión, por ejemplo, sin ir más lejos y sobre todo con la gente joven. Estos chavales que ahora triunfan con 14 o 15 años y de estar poniendo copas en un bar a que no puedas salir a la calle en un pueblo de Brasil porque en Netflix lo has petado es peligroso. Hay que gestionarlo bien y estar bien rodeado porque perfectamente se puede.
Tú has gestionado el éxito de otra manera...
Yo tenía otra edad cuando empezó a arrasar Amar, siempre he estado muy bien rodeado e intento tener la cabeza muy bien amueblada. Además, yo creo que esta es una profesión que sube y baja, esto es una carrera de fondo. Hay que ser muy consciente de ello, es un desafío por estos parones, cuando no sabes qué va a ser de tu vida laboral. Yo no he parado de currar desde hace muchos años, pero claro que pueden crear muchas ansiedades. Hay que vivir con ello y asumirlo cuando te metes en esto, que vendrán tiempos buenos y tiempos malos.
Y ahora... 'Tu cara me suena'. ¿Ya cantabas?
Yo me defendía. Yo siempre era de karaoke, siempre con mi guitarrita y tal y cual. Evidentemente no puedes cantar como cantan Gisela, Bertín, Ana Guerra o Melanie que es increíble. Yo estoy alucinando con ella y el talento que tiene. Llevamos ya tres programas grabados, se va a estrenar muy pronto. Estoy pasándolo muy bien, es mucho trabajo sobre todo porque es algo a lo que yo no me dedico. Y aunque es un tópico, es salir de la zona de confort totalmente, pero me apetecía. Tengo unos compañeros estupendos y a mí lo de meterme en la piel de otra persona como personaje, aunque sea alguien ya conocido y que todos tenemos referencias, me parece muy enriquecedor como actor, es muy divertido. Es jugar a intentar replicarlo lo mejor que puedas. Ya me lo había avisado Miquel Fernández, que estuvo ahí ya arrasó.
¿Te ha dado algún consejo?
Que me lo curre mucho y que es un programa para disfrutar haciéndolo. Es un programa muy familiar, donde la gente mejor se lo pasa. No es ponerte tanto a ver si canto mejor que nadie, porque eso va a ser imposible con los compañeros que tengo. Voy a hacer la mejor imitación posible, la más divertida. Y sé que si me lo paso bien, la gente se lo va a pasar bien.
¿Hay algo que te de miedo?
No, pero sí me da miedo desafinar. A mí si me toca vestirme de folclórica, pues encantado de la vida, ya veréis cositas.
Te vas a lanzar a la piscina entonces.
Sí, totalmente. Es que si no, no vayas a ese programa. Esto es para jugar.
¿Fue fácil convencerte?
Yo ya había ido el año pasado como invitado, que hice de Loquillo. Me lo pasé muy bien, me llamaron y me dijeron que cantase un par de canciones. Me lo propusieron y tenía una ventana ahí de unos meses sin proyectos y para adelante. Me apetecía mucho, había días que me despertaba por la noche y pensaba dónde me había metido, pero eso antes de empezar.
¿Eres competitivo?
Yo soy competitivo conmigo mismo, es decir, sinceramente me encantaría ganar el programa, pero creo que es bastante utópico con los cantantes que hay. Pero bueno, hay muchas armas que yo tengo y que igual ellos no tienen tanto. Soy muy competitivo en el sentido de que me gusta superarme. No me perdonaría ir a una gala y no habérmelo preparado todo lo posible. Primero porque no lo iba a disfrutar y, segundo, me iba a decepcionar a mí mismo. Me lo estoy currando mogollón y eso me da tranquilidad para saber que he hecho lo mejor posible. Entonces, compito mucho conmigo mismo para superarme.
¿Quién dirías que es el rival más duro?
Es que son todos muy buenos, está Ana Guerra, el chaval este Mikel Herzog, es un crack, hay nivelón...
¿Qué te hace perder el juicio?
La impuntualidad, es un tema mío porque en este país somos todos muy impuntuales. Si yo voy a retrasarme 2 minutos ya estoy avisando. Cuando alguien llega 15 minutos tarde, sea un colega o un periodista, me pongo nervioso. Que mi tiempo vale igual que el tuyo. Que yo ssé que hay mil motivos para que uno se pueda retrasar, así que intento relajarme. Creo que los que somos muy autoexigentes, que yo lo soy, tenemos que aprender a relajarnos con estas cosas. Pero la impuntualidad me hace perder un poquito el juicio.
¿Tienes alguna manía más?
Me considero una persona ordenada. No os preocupéis, que está todo controlado, no tengo TOC. Si hago una comida en casa, tengo que recoger la mesa al momento, no soporto los platos con restos de comida ni 5 minutos, pero yo creo que le pasa a mucha gente. Es cuestión de vamos a tomarnos el café a gusto y todo esto me lo tengo que llevar.