'Lazos de sangre' rinde homenaje a Peret: la azarosa vida sentimental del rey de la rumba

‘Lazos de Sangre’ rinde homenaje a Peret cuando están a punto de cumplirse diez años de la muerte de este icono de la música

Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Actualizado a 24 de julio de 2024, 20:00

Gtres
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‘Lazos de sangre' rinde homenaje este miércoles al gran maestro de la rumba Peret. Con motivo del décimo aniversario de su muerte, que se cumple el próximo 27 de agosto de 2014, el programa de Televisión Española viaja al Raval, Barcelona, para recorrer el barrio que le vio crecer y los lugares que marcaron su vida. Con la ayuda de los periodistas Valeria Vega, Silvia Tarragona, Juan Sanguino y Nacho Montes, y la participación especial del cantante Juan Valderrama y la vedette Bárbara Rey, harán un balance sobre su trayectoria artística y sentimental en El Debate.

Pedro Pubill Calaf, su verdadero nombre, vivió una vida de lo más intensa y dejó un legado imborrable en la música española. Se convirtió en todo un icono por su habilidad para mezclar géneros musicales y su carisma en el escenario. Lo consiguió incluso dejando la industria durante diez años para predicar después de ver una luz en la carretera nacional II, entre Premiá del Mar y Mataró.

"Tuve una experiencia, en un viaje de estos cortos de Barcelona a aquí, pues tuve una visión y aquella visión me transformó. Transformó mi vida, mi forma de pensar y mi manera de sentir. Vi la luz y podía escoger. O seguir esa luz o seguir la vida que llevaba antes. Decidí que me interesaba más la luz", dijo.

Desde ese 27 de noviembre de 1982 se dedicó por completo a Dios y abrazó la Iglesia Evangelista. No fue hasta una década después cuando regresó a los escenarios gracias al gremio de taxistas, que no paraba de insistirle que volviese. Como curiosidad, amaba tanto a los taxistas que incluso actuó en dos películas como taxista, 'El taxi de los conflictos' y 'Amor a todo gas'.

También tuvo una ajetreada vida sentimental. "Fue la mujer del representante de artistas la que cumplió la misión de iniciarme en el sexo. Un día me hizo llegar el recado de que su marido tenía que verme con mucha urgencia para entregarme unas partituras. Fui a sus casa, pero allí no había ni marido ni partituras. Urgencia sí, mucha", dijo sobre sus inicios a nivel sentimental.

Las mujeres siempre fueron su perdición. Creció rodeado de prostitutas en un barrio de Mallorca. Allí conoció a Lola, una paya con la que se fue a vivir a Valencia. Los inicios de esta relación estuvieron marcados por otra mujer en su vida, Angelita, que era ladrona. Ambas conocían la existencia de la otra, pero nunca dijeron nada. Al final se decantó por Lola, pero con presiones de su familia. Fue tal la negativa que terminaron consiguiendo que rompiesen después de que su madre enfermó y falleció. "Mi madre se puso de rodillas y me dijo que le prometiera que no volvería con esa paya", explicó.

El verdadero amor de la vida de Peret

Años después, en 1957, se casó con Fuensanta Escudero, el amor de su vida. En un inicio no terminaba de ver esa relación, pero con el tiempo se enamoró perdidamente y estuvieron juntos más de cinco décadas. Junto a ella tuvo a dos hijos, Pedro y Rosita. En sus letras dejó patente el amor que sentía por ella. Muestra de ello es ‘Mi Santa’: "Cada vez que oigo cantar a mi santa, ay, corren por mi cuerpo, gitana morena, cosas extrañas". Pero pese a todo le fue infiel con otras mujeres. Es más, en 2008 dejó la casa conyugal para largarse con Cristina, una joven gitana de 19 años.

Poco después apareció en su vida la mujer con la que pasaría sus últimos días, Roberta. Su existencia no se conoció hasta el funeral del artista cuando apareció para conocer a Fuensanta y a los hijos del rey de la rumba. Como las otras mujeres que estuvieron al lado de Peret era mucho más joven. En este caso 30 años menor.

Un cáncer terminó con la vida del rey de la rumba catalana cuando estaba preparando un disco íntegro en catalán y otro en castellano, que vio la luz de forma póstuma. Su fallecimiento a los 79 años llegaba tan solo dos mes después de que anunciase que la habían diagnosticado un cáncer cuando acudió al médico por un dolor sin importancia en la cadera. "Los médicos me aseguran que no tardaré mucho en subirme de nuevo a los escenarios, que es lo que más me gusta en el mundo", comunicaba entonces,  asegurando que "una enfermedad como esta hay que afrontarla con entereza y optimismo".

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