Paula Leitón, Eduard Fernández, Yolanda Ramos, Manuel Turizo, Berto Romero, Marc Cucurella, Dani Martín, Fernando Arrabal, Joan Pradells... Sin duda los invitados de 'La Revuelta' son de lo más variopintos. Científicos, actores, músicos, cómicos, deportistas de élite, políticos... No se puede decir que el programa de Televisión Española no tenga variedad. De hecho, este jueves 13 de febrero David Broncano ha recibido en plató a Kilian Jornet, corredor y esquiador de alta montaña.
Charlando sobre las rutas, los caminos y la gran altura a la que se enfrenta cuando entrena, Kilian ha revelado algunos de sus trucos para aguantar, sobre todo cuando se enfrenta a algún reto y no puede dormir durante más de 40 horas. Un desafío que no puede disputar cualquiera. Y es que solo en 2024 coronó 82 cimas de más de 4.000 metros en los Alpes combinando trail running, alpinismo, escalada y ciclismo. Un máquina.
El difícil reto de Kilian Jornet
En su charla con el presentador, donde ha asegurado que hay días de entrenamiento en los que sube hasta 5.000 metros más o menos, el deportista ha confesado que ha participado en carreras de 160 kilómetros "sin parar". "Las hago entre 15 y 30 horas dependiendo de lo técnico que sea", ha comenzado diciendo.
"Creo que me contaste, que no sé cómo ocurren estas cosas ni qué pasa, que a veces te quedabas dormido mientras corrías", ha contado David. "Sí, justo hace un par de años tuve un proyecto de cruzar los Pirineos subiendo todos los picos de 3.000 metros. Aquí apreté un poco e hice hasta 40 horas sin dormir. Luego dormía una hora y luego volvía a correr otras 24 horas", ha explicado.
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Kilian ha añadido después que fue entonces, mientras cogía la bici, que iba pegando cabezadas mientras pedaleaba. Un momento muy tenso en el que casi tiene un accidente. "Me salí de la carretera y menos mal que había un coche detrás. Casi me salgo fuera. ¡Estoy muy mal! Al final haciendo de esas tiradas tan largas empiezas a tener alucinaciones, a ver cosas... Yo quiero tener salud. No quiero tomar drogas y eso de correr 40 horas es a veces lo mismo. Es lo más parecido", ha reconocido.
Kilian empezó a correr cuando era muy pequeño. Su sueño creció a su lado gracias a que vivía en un refugio de montaña en los Pirineos, donde se crió jugando con su hermana. "Para mí fue un suerte. Todo lleno de árboles, el río, las piedras... El colegio estaba lejos. Mi madre nos llevaba en el carro de la bicicleta. Estábamos a 2.000 de altura. Los fines de semana subíamos picos. Para mí lo especial era ir a la playa o a la ciudad. Barcelona, París... Para mí lo raro en los edificios y el asfalto", ha confesado el atleta cuya mujer también se dedica a lo mismo.
De hecho, tanto le gusta la montaña que durante unas vacaciones en las Islas Mauricio junto a su mujer cambiaron los billetes porque no sabían qué hacer: "Leías un libro por la mañana y qué más haces. ¡Y una semana allí! Cambiamos los vuelos y nos fuimos", ha asegurado Kilian. "Donde vivimos ahora tenemos el mar a 20 metros, puedo contar las veces que hemos ido con los dedos de una mano. Es más bonito verlo desde arriba", ha contado.