Poco o nada tiene que ver la imagen que a día de hoy tenemos de Jordi Cruz (45 años) con la que conocimos en los primeros años de 'MasterChef'. Tras 14 años al frente de un proyecto tan exitosos y tras varias entrevistas, el chef ha dejado claro que es un hombre de palabra y de trabajo. Lleva entre fogones buena parte de su vida, aunque no siempre tuvo claro a qué quería dedicarse. "Siempre andaba un poco perdido e iba detrás de alguien buscando un faro hasta que le hice aquel plato de judías a mi madre. Cuando vi que estaba orgullosa supe que iba a ser cocinero", ha confesado a los micrófonos de la Cadena Ser.
Ha dejado claro que su éxito es resultado del esfuerzo y de la constancia, pero no todo son buenas noticias para el chef. En agosto de 2023, Jordi Cruz y Rebecca Lima anunciaron el nacimiento de su bebé, Noah. Ese mismo año le retiraron una de las dos estrellas Michelin de su restaurante Angle. Esto ha supuesto un gran revés para el cocinero de Manresa (Barcelona). "Nadie me pregunta qué tal estoy y estoy jodido porque no estamos hablando de mí sino de un equipo que lo está haciendo muy bien", se ha sincerado en una entrevista en 'El Faro' de Mara Torres.
Soporta una gran carga de trabajo. Cuenta con otros tres restaurantes más de renombre. Esto, según confesó en ‘Planeta Calleja’, le ha llegado a provocar mucha ansiedad. Hasta tal punto que tuvo que pedir ayuda. "Llevo un par de años trabajando el tema del estrés porque estuve jorobado, ¿eh? Estuve medicado. Muy bestia", le contó a Jesús Calleja. Este estrés le ha pasado factura físicamente. "Se me carga la espalda y demás. Hasta que un día, de repente, me entró un dolor de pecho jorobado y me preocupé. Pensé que podría ser algo coronario, pero era un ataque de ansiedad", añadió.
Una carrera marcada por el trabajo
Aun así, no se arrepiente de dedicarse a la cocina. Es lo que le apasiona aunque de pequeño pensase que nada se le daba bien. Está muy orgulloso de lo que hace. No es para menos. Ha conseguido llegar muy lejos desde que comenzó como camarero en un bar de carretera: "Un día le dije a mi jefe que si podía cocinar y empecé a hacer cositas con producto que pagaba de mi bolsillo. Era todo muy ridículo, pero tenía ganas de hacer algo". ¿El secreto de su éxito? "Creo en la tenacidad, en los pequeños pasos para adelante y ninguno para atrás. Tener suerte también es un ingrediente importante".
'MasterChef' supuso un antes y un después en su carrera en lo que a reconocimiento del gran público se refiere. Lo llamativo es que el chef estaba convencido de que no funcionaría. "Cuando hicimos el piloto pensaba que no iba a funcionar. Lo veía como algo esperpéntico", ha reconocido. Su mayor temor era otro. Tenía dudas sobre cómo iba a ser acogido un programa de este tipo en su sector: "Me daba miedo perder el respeto que había encontrado en la profesión". No le faltaba razón.
El temor de Jordi Cruz en los inicios de 'MasterChef'
El formato de La 1, que acaba de estrenar su duodécima edición, cuenta con un público fiel pero hay algunos chefs que critican este tipo de espacios. Karlos Arguiñano (75 años) ha asegurado que son "realities que buscan más la lágrima y el llanto". Sin embargo, Cruz ha entendido que se puede hablar de cocina y entretener a la vez. Es una manera de llevar la alta cocina a los hogares de los espectadores.
De lo que sí está cansado es que a estas alturas todavía le vean como una persona arrogante. Ya no es el mismo de antes, aunque reconoce que cuando empezó a cosechar cierto éxito con sus restaurantes y sus apariciones televisivas "sí estaba tonto". "Aunque seas una persona de barrio y pequeñito cuando te dicen guapo por la calle hay algún momento en el que te puedes volver un poquito soberbio y un poquito bobo", ha confesado.
Fue Alberto Durá, quien fue su aprendiz y posteriormente jefe cocina de uno de sus restaurantes, el que se sinceró con él y le bajó los pies a la tierra. "'No estás tanto con nosotros, te notamos distante', me dijo. Me callé y al día siguiente le dije: 'Oye, gracias. Quizá tengas razón. Quizá esté un poco tonto’”, ha contado Cruz.
Que su empleado le dijese de primeras que "estaba muy imbécil" no le hizo mucha gracia. "La primera reacción fue de ego, fue de ¿te arranco la cabeza?", ha reconocido. Cuando reflexionó sobre sus palabras se dio cuenta que no solo tenía razón, sino que además agradeció sus "pelotas" por exponerse así sin temor a perder su empleo. Desde entonces, decidió volver a ser él mismo: "No me vuelvo a creer ser lo que no soy. Soy un pelagambas, soy un quemacazos y me encanta serlo".
'MasterChef', de vuelta a la parrilla televisiva
A la espera de volver a conseguir esa estrella Michelín que tanto le ha dolido perder, Jordi Cruz no pierde la fe y sigue trabajando duro. Se encuentra inmerso en la nueva edición de ‘MasterChef ‘. Esta semana el programa viaja a Ubrique con Jesulín como anfitrión de su tierra. Los aspirantes a obtener el delantal tendrán que seguir todas las indicaciones del diestro para dar de comer a 120 invitados. Previamente cocinarán un plato libre con berenjena, ajo negro, trompetas de la muerte, trufa fresca, moras, ciruelas pasas, lentejas caviar, huitlacoche, huevas de arenque, mejillones, café, chocolate 90% cacao o sal volcánica, entre otros. De regreso a las cocinas tras la prueba de exterior, reproducirán el plato que le cambió la vida a Jordi Cruz y que degustará el chef Carlos Maldonado, aspirante de ‘Masterchef 3’.