Comienza a ser habitual que los lunes en el ‘Última Hora’ de ‘Supervivientes 2024’ nos ofrezcan las últimas imágenes de los expulsados en Honduras. El jueves pasado Arantxa del Sol (51 años) tuvo que poner fin a su aventura y el domingo pudo cruzar el puente de las emociones donde se sinceró sobre los aspectos más íntimos de su experiencia y de su vida. Ahora ha podido disfrutar de verse delante de un espejo para comprobar lo mucho que ha cambiado su cuerpo, además de disfrutar de una ducha y un gran banquete de comida.
El paso de la presentadora asturiana por el reality ha sido un auténtico vaivén de emociones. Primero se sintió aislada por su amistad con Ángel Cristo Jr, lo que la convirtió en una habitual en las nominaciones. De hecho, llegó a ser expulsada aunque consiguió permanecer en Playa Limbo hasta que se produjo la reunificación. A su vuelta algo ocurrió que provocó su enemistad con el hijo de Bárbara Rey y en esta última nominación no ha podido con sus rivales y regresa a España para reencontrarse con sus familiares y amigos.
La reacción de Arantxa del Sol al verse en el espejo
Uno de los grandes rituales del programa es aquel en el que los recién expulsados pueden verse ante un espejo tras muchas semanas sin poder hacerlo. En esta ocasión los supervivientes van a hacer casi dos meses y su transformación física es más que evidente. Sin embargo, cada uno tiene una reacción muy diferente a la hora de verse por primera vez y corroborar los cambios en su cuerpo.
“Dios qué fuerte un espejo, qué ganas de verme”, expresaba la superviviente nada más aparecer en el lugar en el que se encontraba en el espejo. Conforme se iba levantando la tela que lo cubría ha podido ir viendo primero sus piernas para ir subiendo hacia la cabeza. “Por Dios, qué piernas”, exclamaba al verse tan morena y tan delgada. “Estoy hecha un pellejito, es impactante verme estas piernas pero bien, pensé que iba a ser peor”, comentaba. “Puedo haber perdido 10 kilos”, apostillaba mientras se iba girando para verse de cuerpo entero en el espejo.
La ducha de Arantxa del Sol tras ‘Supervivientes 2024’
El segundo momento tan ansiado para los expulsados es el que pueden disfrutar de una gran ducha. “Una ducha de verdad. Qué alegría por favor, tenía unas ganas....”, exclamaba antes de meterse y comenzar a abrir el grifo de agua. “Agua calentita. Ay qué gozada, jabón y agua potable. Qué rico, huele a limpio”, señalaba mientras dejaba caer todo el jabón por su cuerpo para quitarse la arena y la sal de tantas semanas.
Sin embargo, ha querido hacer una importante reflexión que demuestra las duras condiciones en las que ha estado viviendo. “¿Cómo se puede disfrutar tanto una ducha?”, se preguntaba. “Esta puede ser, sin duda, la ducha más importante que me he dado en la vida”, añadía. De este modo, dejaba clara la importancia que tenía ese momento y lo mucho que lo estaba disfrutando.
Tras acabar, ha cogido una toalla para secarse, algo que también ha echado de menos en este tiempo. “Una toalla dios, qué gozada, huele a limpio”, decía mientras se secaba y la olía. Luego ha podido verse en el espejo para peinarse. “¡Qué canas!”, exclamaba. “Qué gusto pasar un cepillo por el pelo”, concluía mientras se peinaba, un gesto que llevaba muchos días sin poder hacer en condiciones.
Arantxa del Sol disfruta de comida tras ‘Supervivientes 2024’
El tercer y último momento que esperan con ansia los concursantes es aquel en el que pueden disfrutar de un gran banquete. Además, lo hacen sin ningún tipo de tiempo y comiendo todo cuanto deseen tras llevar casi dos meses comiendo coco, arroz y pescado. Cuando la concursante ha abierto los ojos y ha podido ver todo cuanto tenía por delante, no ha podido contener el llanto, lo que demuestra lo mal que lo ha pasado con el hambre.
Cuando ha conseguido sobreponerse, solo podía mostrarse agradecida. “Qué bonita mesa, ay por favor”, decía sin saber por dónde empezar. Además, no ha podido evitar acordarse de lo mucho que disfrutarían sus compañeros. “Esta cena la compartiría con uno de mis compañeros, con Kiko que ha sido mi gran descubrimiento”, decía. “Estoy loca de compartir todo con mi amor, Juan te amo, tengo muchas ganas de verte, te quiero”, expresaba enviándole un mensaje a Finito de Córdoba.
“Me volveré adicta a comer con las manos”, añadía mientras intentaba comer con los cubiertos. También ha sido consciente de la posibilidad de comer sin límite de tiempo. “Ya que tengo tiempo para disfrutarlas, me voy a recrear”, comentaba a la vez que saboreaba cada bocado. “Muchísimas gracias por acabar mi noche aquí en Honduras de esta manera. En mi vida he disfrutado tanto”, concluía antes de finalizar con su comida.