‘El Hormiguero’ comenzaba la semana con la visita de Eva González, David Bisbal y Lola Índigo para presentar la nueva edición de ‘La Voz Kids’. Esta noche le toca el turno al herpetólogo más famoso de la televisión. Francisco Javier Cuesta Ramos, más conocido como Frank Cuesta (52 años), ha regresado al plató de Pablo Motos y sus hormigas después de casi perder la vida. Dos veces.
Así es. Aunque el leonés ha estado al borde la muerte en infinidad de ocasiones, parte intrínseca de su trabajo, este año ha estado más cerca que nunca. En enero de 2024 sufrió una fuerte embestida de un ciervo en su santuario de Tailandia y este mismo marzo estuvo a punto de fallecer por ser envenenado por una rana. Ambos sucesos ocurrieron en el espacio donde cuida y readapta a animales salvajes con los que trafican las mafias del país para después integrarlos en la naturaleza si puede.
Frank Cuesta, brutalmente atacado por un ciervo de su santuario
Perrito. Así se llama el ciervo de más de 200 kilos que atacó al divulgador con sus astas y le empotró contra un talud cercano. La cosa no terminó muy bien para Cuesta. Ensangrentado y con heridas muy profundas, fue una situación a vida o muerte. "A veces la naturaleza es así, dura, jodida. Perrito pesa más de 200kg y con unas astas que te pueden matar. He tenido que sacarme un asta de las costillas porque me ha hecho un agujero", explicaba entonces aún con el miedo en el cuerpo.
En su visita a 'El Hormiguero' de hoy ha dado más detalles sobre cómo logró escapar de aquella situación. "Lo conozco desde muy pequeñito. Es un ciervo que tiene muy buena relación conmigo. Es el macho alfa del grupo de ciervos del santuario. Yo había hecho un directo de una hora y pico. Estaba saliendo del agua. Él tenía su espacio, pero yo no me di cuenta de que había unas capibaras saliendo por la izquierda", ha relatado el aventurero a Pablo.
Al parecer, el animal, al verse sin salida por la presencia de Frank y las capibaras, decidió atacar a su cuidador. "Me embistió. Y ahí tienes dos opciones. Yo podía cogerle del cuello y rompérselo. Pero esperé a que se cansara antes de poder tumbarlo. Después de 5 minutos, conseguí que él se quedara inclinado. Le tiré, una piedra. Luego otra a los pies. Le di la espalda y ahí es cuando el se humilló", ha narrado Frank. Una experiencia que, aunque ahora relata con mucha calma, le provocó varios puntos de sutura, dos costillas rotas y el coxis quebrado.
Frank Cuesta, envenenado por una rana
El ciervo no es el único susto que Frank ha tenido en este 2024. Hace apenas unos días fue envenenado por una rana. "Hoy es uno de esos días que os tengo que decir que estoy vivo de milagro. He pasado dos días en el hospital bastante enfermo. Me podía haber muerto perfectamente de una manera silenciosa", contaba en sus redes sociales después de vivir una de las experiencias más peligrosas hasta el momento.
Pero, ¿Qué pasó exactamente? ¿Si sabía que eran venenosas porque se acercó a ellas? "Hace unos días estaba limpiando una de las zonas del refugio para habilitarlo para animales que llegaban. Y encontré unas ranas dardo que llevaban allí mucho tiempo. Habían nacido en cautividad y obviamente no tenían veneno", relataba a cámara hace algunas semanas. O eso pensaba, algo que ha desvelado hoy.
"Son ranas que en cautividad no son venenosas. Al tenerlas en cautividad, les das un tipo de comida, como grillos, y no tienen veneno", ha comenzado a narrar Frank. Sin embargo, el santuario en el que se encuentran estas ranas está en una zona llena de insectos de todo tipo que las ranas ingieren. "Estos insectos hacen que la rana produzca unos alcaloides que son un activo muy fuerte. Mi falta de consciencia hizo que, como venían nuevos animales, cogiera las ranas con las manos", ha explicado.
Poco después de mover a los anfibios empezó a encontrarse mal. Fiebre, malestar, adormecimiento. "Se te va la vida. Te quedas sin fuerzas. Te da sueño. No tienes ningún dolor. Te va envenenado por dentro, Los riñones se te van parando. La sangre se ralentiza. Sientes que se te va la vida. No puedo ni respirar", ha contado Frank. Unos escalofriantes síntomas que le llevaron a tomar la decisión de ir al hospital. "No sé ni cómo llegué. Solo dije 'veneno, veneno'. Me enchufaron en diálisis, directamente", ha dicho. Con esto pretendían evitar que la infección en los riñones, el bazo y el hígado terminase con su vida.
En busca de un cambio de vida
Frank Cuesta es consciente de que ha vivido uno de los mayores sustos de su vida. Tanto que ha recapacitado sobre la vida que lleva. Quiere un cambio, uno que no solo está movido por el miedo a morir, también por buscar a alguien que cuide a los animales de los que él se encarga en el caso de que algo le ocurriese. "Creé el refugio para dar libertad a animales y no me di cuenta de que ni tengo vida ni hay nadie que pueda seguir con esto si a mí me pasa algo. Es jodido sentirte solo y va a haber cambios en el santuario", confesó Cuesta.
Otro motor para buscar este cambio es su familia. Cuesta se dedica en cuerpo y alma a estos animales y no tiene tiempo para ver a los suyos. "Estoy muy esclavizado", dijo. Verse tan cerca de la muerte le ha cambiado la forma de pensar. El naturalista tiene cinco hijos: Zorro, Zen, Pepsi, Zape y Zipi, aunque este último falleció unos días después de nacer.
Son fruto de su relación con su expareja Yuyee Alissa. Aunque separados, ambos mantienen una buena relación y se apoyan mutuamente. Buen ejemplo de ello fue cuando la detuvieron en 2014 y la condenaron a 15 años de cárcel por narcotráfico después de encontrarle cinco mg de cocaína. Cuesta luchó durante años por su liberación, que no llegó hasta 2020.
La verdadera relación de Frank Cuesta con su familia
Todos sus hijos viven en Tailandia, excepto Zape, que decidió intentar hacerse un hueco en el mundo del fútbol. Milita en las filas del Palencia CF. Esos mismos pasos los quiere seguir su hermano Zorro, aunque, de momento, no ha llegado tan lejos. Estuvo durante un tiempo jugando en las líneas inferiores del Fuenlabrada.
La pasión por el deporte les viene de familia. Frank estaba llamado a convertirse en tenista profesional, pero un accidente de moto truncó sus aspiraciones. Cambió las raquetas por los animales. En 2010 comenzó su andadura televisiva con 'Frank de la jungla', formato con el que ganó un Premio Ondas en 2011. Fue el primero de muchos. Llegaron ‘Wild Frank’ o ‘Natural Frank’. Protagonizó ‘Carretera Salvaje’, un formato que realizó junto a la cofundadora de VOX, Cristina Seguí. Pese a lo llamativo del formato, fue cancelado antes de estrenarse.
"Me han hecho tal campaña de acoso que hasta mis hijos la han sufrido. Ahora hago un programa nuevo de animales y ya lo están cancelando sin haber comenzado. Mi pregunta es: ¿quién me protege a mí, a mi familia y a mi trabajo de esta gentuza? ¿Tengo que hacerme negro, LGTBIJKLM u okupar una casa para que paren? Qué puto asco de gentuza", decía el pasado año a través de las redes sociales tras el fiasco.