'First Dates' es el lugar idóneo para encontrar el amor en televisión, pero para construir una relación sana, la sinceridad la tienen que poner los comensales. De eso no le faltó ni a Pedro ni Liz Mery. Ambos llegaron al restaurante capitaneado por Carlos Sobera confesando que no habían tenido mucha suerte en el amor, puede que por eso Liz Mery fuera tan tajante con Pedro y le dejara las cosas claras desde el primer momento: el tamaño le importa sobre todas las cosas y por ser latina no significa que baile bien.
Pedro aseguró que era una persona muy entregada en lo que a amor se refiere. Ha conocido a muchas personas, pero solo ha tenido dos parejas. Además, le encanta jugar al pádel y bailar. Actualmente, es youtuber y está entregado a la cultura y a viajar, pero también a la parte más espiritual y sensible. A su cita, él solo le pidió alegría.
Las primeras impresiones fueron buenas, aunque Pedro era algo bajito para Liz Mery. Una vez sentados en el restaurante de 'First Dates', Pedro se ha interesado por ella, quería saber cómo era la vida de Liz. La joven le ha contado que es madre soltera y que su familia está dividida entre Estados Unidos y España. De su tierra hay muchas cosas que no conoce y se han imaginado como sería visitar juntos Machu Picchu. Liz acudía a 'First Dates' buscando estabilidad y un sentimiento de aprecio, quiere sentir que le importa a su pareja (¿y quién no?). Sin embargo, a Pedro esto no le ha gustado demasiado. El joven tuvo la sensación de que esa desconfianza que Liz proyecto no tiene que ver con él, es algo relacionado con su pasado.
Cuando Liz Mery descubrió que a Pedro le gustaba bailar, fue tajante con él: "No te confundas, yo soy una tabla de planchar". No Liz Mery no sigue el tópico de que las mujeres latinas bailan muy bien. Pedro intentaba buscar algo en común, cosas que su cita pudiera ofrecerle y compartir; sin embargo, Liz sentía que su cita iba cuesta abajo y sin frenos. La primera impresión había sido buena, pero el resto no tanto.
La cita siguió y pasaron al Rasca del Amor, donde Liz Mery tuvo que responder a si el tamaño importa. La comensal soltó un rotundo "por supuesto". Lo tiene clarísimo: "Si no se llega al fondo, no rebalsa la sopa... Hay que llegar al fondo de la cuestión en todos los sentidos". Ya en el reservado, los solteros se han quedado un poco parados ante el juego de las bolas porque ninguno de los dos quería repetir cita y se han besado por compromiso. Liz y Pedro no irán a bailar juntos.