La icónica presentadora de TV3 Fina Brunet ha estado alejada de las cámaras y los micrófonos desde el otoño de 2021. Hasta el pasado fin de semana, que reapareció en 'El Suplement' de Catalunya Ràdio. Desarrolló su carrera profesional en diferentes medios de comunicación, entre los que destaca Televisió de Catalunya, a la cual llegó en 1986. Sin embargo, un problema de salud le ha impedido desarrollar su oficio con normalidad. “La vida me ha cambiado desde el otoño de 2021. Mi cabeza no regía muy bien, no encontraba las palabras. Ahora, todavía se me enganchan", reveló la periodista.
"Estaba teletrabajando por el Covid y veía que no recordaba nombres de personas que conocía, que escribía mal. Mi cabeza no funcionaba. En un mes detectaron el tumor, me operaron y sigo en tratamiento, pero estoy feliz". El proceso de recuperación ha sido largo y, aunque sigue recuperándose, se muestra optimista. “Tengo un tumor cerebral en el lado izquierdo que me afecta al habla y a la memoria. Me han sacado todo lo que han podido”, explicó. Lo que peor lleva es “no tener memoria”. “Cuando una palabra no sale me coge la rabia, lloro, y después pienso: '¡Bah, qué tonta que eres!".
Fina no tiene reparos a la hora de hablar de la operación o del proceso de recuperación. De hecho, la periodista relató que la operaron despierta; es decir, que estaba consciente en ese momento. Así el cirujano pudo comprobar la actividad del cerebro. "La operación duró 12 horas. Me preguntaron: 'Si tengo que preservar un idioma, ¿cuál preservo?'. Mi marido de cachondeo dijo que el castellano. Yo dije el catalán, que el castellano ya lo aprenderé", recordó entre risas.
Desde la intervención, Fina trata de llevar una vida normal dentro de lo posible y hacer frente a las secuelas del tumor y la operación. “La cortisona me está comiendo la parte fuerte de la musculatura. Tengo las piernas sentadas en una silla. Puedo caminar, pero me canso mucho. Hasta que no me retiren la medicación, no volveré a la normalidad", añadía. "Los médicos están esperanzados porque no he empeorado. He hecho quimio y radioterapia". Sabe que el camino que le queda por recorrer aún es largo, pero su actitud y tesón se sobreponen a todo: "Hay días que te caes, tengo morados en las piernas, y, a veces, incluso bajo cogida de las paredes”.