La faceta más desconocida de Lola Índigo: de sus complejos a la pérdida que cambió su vida

Poco queda ya de aquella niña que entró a formar parte de ‘Operación Triunfo 2017’. Ni siquiera su nombre. Aunque breve (fue expulsada en la primera gala), su paso por el programa fue el trampolín que cambió su vida. Dijo adiós a Miriam Doblas Muñoz (32 años) y se convirtió en Lola Índigo, una cantante de éxito y estrella televisiva. Ha pasado por 'Tu cara me suena', 'Fama, ¡a bailar!' y 'The Dancer'. Se ha estrenado como coach en la quinta edición de 'La Voz Kids' junto a David Bisbal, Rosario y Melendi. Un plató que conoce a la perfección tras haber sido asesora de Sebastián Yatra en ‘La Voz Kids’ (2022) y Pablo López en ‘La Voz’ (2023). A nivel musical, tampoco puede pedir más. Ha lanzado tres exitosos discos al mercado, ha colaborado con grandes estrellas de la industria y ha llenado los estadios más importantes del país. Pero, ¿cómo es Mimi en su día a día?

Su pasión por el baile le ha llevado a vivir en China y a trabajar en Los Ángeles junto a Enrique Iglesias, Marta Sánchez, Miguel Bosé o Chris Brown, entre otros muchos. Todo esto ocurrió antes de dar el salto (por segunda vez) con ‘Operación Triunfo 2017’. Antes ya había estado en el plató de ‘Fama Revolution’, en 2010.

Los complejos que marcaron su infancia

Nació en Madrid el 1 de abril de 1992, pero habla con orgullo del pueblo donde creció, Huértor Tájar, Granada. Tenía claro desde pequeña que quería dedicarse al espectáculo. Era una niña "muy creativa y rara", lo que hizo que no encajara con los niños de su edad.
Además tenía muchas inseguridades con su cuerpo porque "era gordita". "No estaba rodeada de gente que entendiera lo que a mí me gustaba. Lo que más me gustaría es conectar con niñas que tienen sueños y les dicen que no, que no y que no y... ¿Cómo que no? Todo es posible”, expresaba Índigo.

Gran parte de su éxito radica en su tenacidad y sus ganas de seguir luchando. Tanto por su carrera, se considera una ‘workalcoholic’, como por sus firmes creencias. Es un referente del empoderamiento femenino, el amor libre y dentro del colectivo LGTBIQ+. Sus 2,3 millones de seguidores en Instagram están más que acostumbrados a que Índigo alce la voz en las causas que cree injustas. Esta exposición mediática ha hecho que también reciba muchas críticas. 

Poco tiempo le queda para los amoríos. Alérgica a hablar de su vida sentimental, sí se ha comentado que mantuvo un breve romance con Don Patricio, con el que ha compartido proyecto musical. Ninguno de los dos confirmó nada. Los otros nombres que resuenan en su lista de noviazgos son con el artista Marc Seguí y con el cantante Álvaro de Luna. Tan poco se sabe de ella que ni siquiera ha querido poner una etiqueta a su sexualidad cuando Índigo compartió un vídeo en Instagram besándose con la artista Lali Espósito, con la que también se la ha relacionado.

Lo que tiene claro es que en estos momentos no se ve con una pareja estable y duradera. "¡Ni siquiera me veo con una pareja para siempre! No estoy en esa etapa y creo que nadie tiene un destino. He entendido, además, que puedo cambiar de opinión aunque me lo reprochen. Puedo pensar diferente en un momento determinado o que, de repente, me deje de gustar el reguetón. Bueno, eso no creo, el perreo no se descarta jamás”, confesó en una entrevista en la revista Cosmopolitan. 

La dura pérdida que trastocó su vida 

No todo en la vida de la artista ha sido fácil en los últimos tiempos. A finales de 2022 perdió a su abuela. "Sentí la traición por primera vez. Pasé muy rápido de ser alguien super amistoso y confiado a tener una sensación de desconfianza brutal hacia todos los que estaban a mi alrededor”, dijo en esa misma entrevista.

Ante esta pérdida se refugió en su familia y se puso en las manos de un psicólogo: "Ahora voy de vez en cuando. Yo recomiendo a la gente ir al psicólogo. Como la terapia, no hay nada. Pero yo me quité esa sensación de desconfianza volviendo a mi pueblo, a estar con la gente a la que le importo de verdad. Para mí, estar bien rodeada de amigos increíbles, que me soportan y aportan y con los que hablo mucho, es la clave. Y por fin creo que sé identificar a las personas que están aquí por Mimi (su verdadero nombre) y no por Lola Índigo”.