Si te atrae todo lo relacionado con la Corona y la Casa Real española, seguro que la nueva serie de Anna Castillo, Su Majestad, no te ha pasado desapercibida. Particularmente, siento devoción por todo lo que hace la actriz, que con su frescura y carisma habitual ha dado vida a la ficticia Princesa Pilar, un personaje que nada tiene que ver con nuestra Princesa Leonor, y que dramatiza la vida en la corte española.
Más allá de la trama delirante de la serie, al verla es imposible no preguntarse cuánto de lo que vemos es real. Por eso, en esta ocasión, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a la experta en protocolo y etiqueta María José Gómez y Verdú, que nos explica cuánto de lo que vemos en pantalla es real, cómo es el auténtico protocolo en palacio y algunas curiosidades sobre esta serie que ya está disponible en Prime Video.
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Cuestión de protocolo
¿Cuál ha sido tu impresión como experta en protocolo? ¿Se parece a la realidad o es totalmente diferente?
Su Majestad presenta una versión dramatizada y, en algunos casos, estilizada del protocolo real. Si bien ciertos aspectos pueden reflejar la formalidad y estructura de la Casa Real, en la vida real todo está mucho más reglado y es menos espontáneo. El protocolo no deja margen para improvisaciones emocionales o decisiones impulsivas, como muchas veces puede llegar a ocurrir en las producciones audiovisuales.
En varias escenas de la serie vemos a los protagonistas cenando o comiendo, tanto en privado como en público. ¿Cuáles son las normas en estas ocasiones? Tanto para el rey y la princesa, en este caso, como para quienes los acompañan.
Las normas varían según el contexto. En eventos privados, la etiqueta es más relajada, pero sigue existiendo un comportamiento refinado. En cenas oficiales, se aplican reglas estrictas: El anfitrión (si es el Rey) es el primero en iniciar la comida, es como si fuese el director de una orquesta, él marca los tiempos. La disposición de los invitados sigue el criterio de precedencia. No se hacen gestos exagerados ni se habla con las manos. La conversación debe ser equilibrada, sin temas controvertidos, como podrían ser temas de religión, sexo, dinero, política... Para quienes los acompañan, se espera que sigan el ritmo de la comida del monarca y mantengan una postura impecable en la mesa.
En la serie se juega mucho con la forma en la que se dirigen los diferentes personajes a la supuesta Princesa Pilar. ¿Cuál es la manera correcta en la que deberían dirigirse a ella?
En un contexto formal, se le debe tratar como "Su Alteza Real" la primera vez que se le habla. Después, simplemente "Alteza" es suficiente. En situaciones informales o dentro de la familia, es posible usar su nombre de pila, pero en público el respeto protocolario sigue presente.
¿Y qué consecuencias o qué puede pasar en ese tipo de círculos si se usa un tratamiento inadecuado?
El uso incorrecto de un tratamiento no genera un castigo oficial, pero sí puede ser visto como una falta de respeto y de desconocimiento. En diplomacia y protocolo, el lenguaje construye jerarquías y omitir un título puede interpretarse como un desaire. En ciertos contextos, un error así podría afectar la relación con la persona o incluso generar tensión en un evento oficial.
¿Y con el Rey? ¿Cuál es el tratamiento adecuado?
El tratamiento correcto es "Su Majestad" en el primer saludo. A partir de ahí, se le puede llamar "Majestad" o, en el caso de los miembros de su familia o personas cercanas, "Señor". Un fallo en este punto es considerado un error grave en el protocolo oficial.
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Amor, amistad y otros azares
Una cosa que sin duda llama la atención en la serie es la relación de la Princesa Pilar con Camino, su mejor amiga. ¿Este tipo de relaciones están sujetas también a un protocolo en la Casa Real? Al menos, de cara al público.
Sí, incluso las amistades tienen un componente protocolario. No hay reglas que impidan la cercanía con amigos, pero se espera que las amistades de un miembro de la realeza sean discretas en sus apariciones públicas. Si se muestran juntas en eventos oficiales, la amiga de la princesa debe cuidar su vestimenta, lenguaje y comportamiento para no comprometer la imagen de la institución.
Otro tema candente en la serie es el tema de las parejas de la Princesa Pilar. ¿Qué protocolos se siguen en la vida real cuando una princesa o príncipe de España inicia una relación sentimental?
El inicio de una relación no es un asunto exclusivamente privado cuando se trata de un miembro de la realeza. Si la relación es seria, la pareja es evaluada no solo a nivel personal, sino también en términos de reputación y posibles implicaciones políticas. No es común que una pareja no oficial aparezca en actos institucionales, y cuando la relación se hace pública, la forma en la que se presentan juntos sigue una estrategia comunicativa previamente bien definida.
Al comienzo de la serie hablan de la “sonrisa” que deben adoptar cuando están en público, y particularmente en un entorno en el que no hay simpatizantes de la corona. ¿Qué me puedes contar de estas sonrisas o formas de mantenerse firme frente a la presión mediática?
La sonrisa es una herramienta fundamental en la comunicación profesional en general y mucho más importante en la protocolaria. No es una sonrisa abierta ni demasiado efusiva, sino una expresión controlada que proyecta serenidad y seguridad. La realeza se entrena para reaccionar ante situaciones incómodas sin perder la compostura. Esta expresión ayuda a desviar la tensión y evitar interpretaciones negativas en la prensa. Muchas veces lo hemos visto reflejado con gran profesionalidad por los miembros de la corona.
En un momento de la serie, la Princesa Pilar acude a un funeral (no digo más para no hacer spoiler). En estas circunstancias, ¿también se impone este protocolo de contención? ¿Cómo deben actuar los miembros de la Casa Real en un funeral?
En los funerales de la realeza, la solemnidad y la contención siguen siendo clave. No se espera que los reyes o los príncipes muestren una descomposición emocional pública, ya que representan la estabilidad y continuidad de la institución. Sin embargo, las lágrimas contenidas, gestos de recogimiento o incluso una mirada conmovida son aceptables y, de hecho, pueden humanizar su imagen ante el pueblo.
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Estilo y moda
En la serie, Anna Castillo da la sensación de tener estudiado cada movimiento. ¿Hay protocolo también en la forma en la que se sientan o caminan frente a las cámaras?
Sí, absolutamente. La postura al caminar debe ser erguida, con pasos firmes y cadenciosos, brazos cerca del cuerpo y barbilla siempre paralela al suelo, lo que permite que la mirada siempre esté al frente y nunca hacia abajo. No se deben hacer movimientos bruscos ni girar la cabeza de forma abrupta. Al sentarse, se debe mantener la espalda recta, con las piernas juntas (nunca cruzadas en público) y las manos colocadas suavemente sobre el regazo. Estas reglas transmiten control, confianza y distinción.
En la serie vemos también muchos momentos de discusión sobre el tema de la ropa. ¿Hay normas sobre qué tipo de vestidos o prendas pueden usar los miembros de la Casa Real en sus apariciones públicas?
Sí, la vestimenta está altamente regulada. Se deben seguir criterios de sobriedad, elegancia y adecuación a la ocasión. Existen colores y cortes recomendados para ciertos eventos y, en algunos casos, se siguen tradiciones de vestimenta histórica. En funerales, bodas y recepciones oficiales, hay normas muy específicas que rigen desde el largo de las faldas hasta los accesorios permitidos.
¿Hay alguna curiosidad que nos puedas contar sobre etiqueta o protocolo que se haya visto en esta temporada? Ya sea por error o por exactitud.
Algo interesante es que muchos productos audiovisuales suelen exagerar o dramatizar la rigidez del protocolo real. Un error común en muchas producciones es mostrar a los miembros de la realeza expresando emociones de forma demasiado espontáneas en público. En la realidad, cada gesto y cada palabra están meticulosamente calculados para proyectar una imagen de estabilidad y neutralidad.
