Muchos reconocen a Antonio Velázquez por su paso por La Promesa, aunque al actor no le faltan tablas tanto en televisión como en plataformas. Lo vimos en Tierra de Lobos, Sin tetas no hay paraíso, Buscando el nortey en la popular serie de Netflix Las chicas del cable, donde va vida al Inspector Cuevas.
Con la amabilidad que caracteriza al intérprete, nos ofreció una recomendación para cinéfilos en una reciente entrevista para Lecturas. No es cualquier película: su impacto en la cultura popular fue tal que en 1970 el nombre de su protagonista se convirtió en el número uno entre los estadounidenses. ¡Y fue así durante más de catorce años!
La cinta que nos recomienda Antonio es de esas que no se olvidan jamás. Puede que ya la hayas visto, o que siga en tu lista de pendientes. Sea como sea, y con una distancia de 50 años desde su estreno, hay quienes la siguen considerando la mejor película de amor de todos los tiempos. Y no es para menos.
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La mejor película de amor de todos los tiempos
Así se la conoce en los círculos de los amantes del género, porque esta película de 1970 que nos ha recomendado Antonio Velázquez sentó precedentes que seguimos viendo reflejados en pantalla. “Es muy triste, pero es una de esas películas que hay que ver”, explicaba el actor para Lecturas. “Yo soy de los que aún tienen DVD y tengo todas las películas en la estantería. Mi chica me las quiere tirar, porque me falta estantería. Pues tengo mi proyector, y me la puse el otro día de nuevo. Acabé llorando a moco tendido”, nos asegura.
Y no es para menos. La cinta, que no está en Netflix, pero que puedes alquilar y comprar en plataformas como Prime Video o YouTube, es una de esas con las que no puedes evitar llorar a moco tendido.
La película es Love Story, una película que sentó las bases del género y que nos hace pensar en unos jóvenes Ryan O’Neal y Ali McGraw. Incluso si el título no te suena, conoces esta frase que se hizo muy popular gracias a la cinta: “Amar significa no tener que pedir nunca perdón”.
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Amar significa no tener que pedir perdón
Esta frase que quedó para la historia resume a la perfección esta intensa historia de amor con la que llorarás a mares. La trama gira en torno a Oliver Barret IV, un joven de buena familia que se enamora perdidamente de Jennifer Cavilleri, a la que él llama Jenny, una chica de origen humilde y mucho carácter.
La relación de Oliver con su padre no puede ser más tensa, por lo que cuando le comunica su intuición de casarse con Jenny, que pertenece a una clase social muy diferente a la de los Barret, este corta todo contacto con su hijo. Sin el dinero de su familia, Oliver y Jenny hacen frente a grandes dificultades, aunque ninguna tan dura como el golpe que reciben al descubrir que la joven padece una enfermedad que podría acabar con su vida.
A partir de aquí, todo lo que sucede te tendrá en vilo. El desenlace, como ya nos adelantaba Velázquez, te hará llorar a mares y te dejará con una importante lección.
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Una cita que quedó para la historia
Cuando decimos que Love story es una de las mejores películas de amor de todos los tiempos, es porque su impacto en la cultura popular se hizo notar incluso en los nombres elegidos para niñas durante los años posteriores a su estreno. Desde 1970, y hasta 1984, Jennifer se convirtió en el favorito de los estadounidenses.
La crítica es generalmente positiva sobre la cinta. En Rotten Tomatoes se hizo una retrospectiva con 25 críticos especializados y consiguió un generoso 68%, bastante por encima de otros títulos del género que tantas veces han castigado los expertos.
En taquilla fue un éxito instantáneo. Erich Segal, guionista de la cinta, escribió por petición de la Paramount un libro que salió a la venta antes de la emisión de la película. En cuanto salió, se convirtió en un éxito de ventas. Y al estreno de Love Story en las salas de cine, la historia recaudó más de 128 mil dólares en su primera semana. Fue nominada y ganadora en los Premios Oscar, en los Globos de Oro y hasta contó con nominaciones para los Grammy por su canción original, que fue un éxito de masas.
Sin duda, es una película que merece la pena desempolvar para revisitar una de esas historias que han dejado huella en la historia del cine. El tándem de Segal y Arthur Hiller, el director de la película, funcionó a la perfección y nos dejó la que sigue siendo una de las cintas románticas más bonitas y emocionantes del mundo.