Carmen Porter (50 años) sigue empeñada en indagar y resolver misterios junto a su marido, Iker Jiménez. Llevan haciéndolo más de 30 años. Se conocieron en la Universidad Complutense de Madrid. Enigma a enigma –ya fuera en la prensa, la radio o la televisión– se posicionaron como una de las parejas más queridas. Pese a las polémicas, siguen trabajando codo con codo para tratar temas que no muchos se atreven. Aparecen en pantalla, si la programación y la salud lo permite, dos veces por semana; los jueves con 'Horizonte', los domingos con 'Cuarto Milenio'. También son muy activos en redes sociales.
Juanfran Velasco, experto en comunicación, ha hecho una análisis de los perfiles de Carmen Porter en Instagram y X para intentar responder a la siguiente pregunta: ¿cuánto podría llegar a ganar? Estos datos no están asociados a sus cuentas. Se trata de una estimación de lo que podría ganar un perfil con estas características en las citadas redes sociales.
En Instagram, Carmen Porter acumula 74.100 seguidores. La cifra es mayor en X, donde aumenta hasta los 239.900 followers. "Su comunidad de seguidores es pequeña, aunque donde más peso tiene es en X", señala. "Su tasa de engagemet –que mide cómo su audiencia interactúa con el contenido– es muy bueno. Su tasa es del 3,8% a nivel de interacciones (likes, comentarios y compartidos). Eso significa que su comunidad es muy fiel", comenta Juanfran Velasco en el análisis.
Los datos son buenos, sí, pero, ¿en cuánto dinero se puede traducir esto? "Según un algoritmo que estima monetización e ingresos de personas famosas, una figura con estas características podría ganar entre 23.000 y 32.000 euros al año solo en Instagram", apunta haciendo hincapié en que se trata de una aproximación.
Gtres
Estas cifras están lejos de las de Iker Jiménez, quien es mucho más activo en redes. En Instagram cuenta con más de medio millón (532K) de seguidores. En X la cifra roza el millón (912,7K). Esto es algo muy positivo para Carmen ya que cualquier publicación conjunta que realicen se puede traducir en una transferencia de seguidores.
La pasión menos conocida de Carmen Porter
Carmen reúne todos los requisitos para trabajar con marcas. Lo que le falta es periodicidad y constancia en sus publicaciones. Quien sabe si volveremos a verla vinculándose con el mundo de la moda y compartiendo su pasión menos conocida: los zapatos. Solo hay que echar un vistazo a 'Con C de Carmen', el videoblog que estuvo compartiendo en YouTube hasta hace dos años. En él, hacía recomendaciones, comentaba su día a día y mostraba parte de su extensa colección de calzado.
También los ha mostrado a través de sus redes sociales. En un vídeo mostró los zapatos que se encuentran en su camerino. Había de todo tipo, marcas y precios. En esta muestra de su colección se podía ver unos Valentino con incrustaciones de pedrería y también unos de edición limitada de la última colección de Zara.
Así conocieron Carmen Porter e Iker Jiménez
Carmen siempre quiso ser bailarina, pero su verdadera vocación estaba allí donde había una noticia. Con raíces vizcaínas y gallegas, vivió muchos años en Alicante. Hasta que se trasladó a Madrid para estudiar Periodismo. Fue en esta época cuando conoció al que hoy es su marido.
"Tenía una casita en Madrid que era de mis padres e hice una fiesta. El vecino de al lado se apuntó y me pregunto si podían venir unos amigos. ¡Y resultó que uno de esos amigos era el que hoy es mi marido! Yo no le hice ni puñetero caso, la verdad. Hasta que él preguntó a mi vecino: '¿Cómo no me has presentado a la dueña? Si está buenísima'. Y yo pensé que era gilipollas. Pero luego le fui conociendo y para nada era como pensaba", relató Carmen Porter en los micrófonos de la cadena COPE.
TW @carmenporter_
Así comenzó su larga historia de amor, que ya dura más de 30 años. ¿Su secreto? Reírse mucho juntos. "No solo somos matrimonio, sino que también trabajamos juntos. Hay que saber diferenciarlo muy bien porque esto es nuestra forma de vida, lo que hacemos desde que teníamos 20 años. Nuestro secreto es que nos reímos mucho juntos. El misterio es pasártelo bien", añadió.
Durante mucho tiempo vivieron en el centro de la ciudad, en un piso de 150 metros que tenían el propiedad en el barrio de Retiro (Madrid). Lo vendieron cuando la llegada de su única hija, Alma.
"Éramos muy de centro de la ciudad, pero cuando tuvimos a la niña nos lo replanteamos. Es que había gente que nos esperaba, subía a nuestro piso, se saltaba al portero… Y eso que nos quieren mogollón y nunca hemos tenido un problema. Entonces nos fuimos a una urbanización a las afueras de Madrid porque Alma también quería campo, columpios… Y estamos encantados", explicó sobre su mudanza a La Moraleja.