En toda edición de 'Gran Hermano' que se precie tiene que haber un concursante considerado el ‘guapo’, y en esta edición ese papel se lo ha quedado sin duda Edi. El gallego moreno con ojos azules llamó la atención en cuanto puso un pie en la casa de Guadalix de la Sierra, y desde entonces, todas las tramas que le han rodeado han estado relacionadas con las mujeres con las que tiene algo, con las que no ha llegado a tener y con las que lo podría tener. Maica y Laura fueron las primeras en fijarse en él, la primera se dio cuenta rápido de que el interés no era mutuo y pasó a otra cosa, a la hija de María José Galera le costó algunos días más.
Concretamente los que tardó en entrar a la llamada ‘casa grande’ Ainara, que en realidad es Violeta y que es quién se terminó llevando el gato al agua, aunque en solo dos semanas han decidido no seguir conociéndose al menos dos veces y viven una relación de altos y bajos. Él no ha dejado de rememorar a alguien con quién tiene algo especial fuera, ni de llorar por las esquinas la ausencia de Elsa que es con quién reconoce que congeniaba más a nivel intelectual. En definitiva, que no tiene demasiado claro lo que quiere, y eso está provocando una gran pérdida de puntos de cara a la audiencia.
Y es que, aunque es evidente que desapercibido no ha pasado, lo cierto es que se conoce muy poco de este concursante, por eso Lecturas ha querido ir un poco más allá de lo que tiene que ver con asuntos del corazón. Edi es un chico de 34 años enamorado de su tierra natal, Galicia, y muy familiar. Sus padres, su hermana Yaiza, su sobrino y su hijo son su vida, y su círculo de amigos más cercano no es muy grande, pero si muy fiel, son los de toda la vida.
El negocio de éxito de Edi, su proyecto más personal
Desde hace algo más de un año tiene otra gran pasión, su trabajo. Y es que no es cualquier trabajo, es empresario y su proyecto es familiar y muy personal. Se trata de un hotel muy peculiar, alquilan cabañas en la Costa da Morte, caracterizadas por el tipo de alojamiento, abierto a la naturaleza y sobre todo por su ubicación. El hotel se llama Cabañas Fisterre y en su página web lo describen como “un lugar donde naturaleza, historia y leyendas se entremezclan creando un entorno inigualable repleto de puntos de interés que no puedes perderte”.
Las reseñas de los usuarios dejan claro que el lugar merece la pena: “le doy cinco estrellas porque no puedo darle más. Es un sitio espectacular, con vistas inmejorables y una atención excepcional (…) La habitación tiene jacuzzi, cocina, aire acondicionado, smart TV, hay plaza de parking y encima de las cabañas hay una pequeña piscina. Despertar viendo la playa cada día no tiene precio. Repetiremos sin duda, es una cabaña preciosa”. Por el momento no es posible consultar cuentas para conocer en datos si la iniciativa es rentable, pero teniendo en cuenta que ya son muchas las fechas en las que lo tienen todo reservado a 150 euros la noche, es evidente que mal, no va.
Y también que es el orgullo absoluto tanto del concursante como de toda la familia, porque solo ha necesitado estar Elsa un día fuera para recibir la llamada de la hermana del concursante y ser invitada a disfrutar de Cabañas, un plan al que seguro que no dice que no, pues aunque muy a regañadientes ha terminado confesando que quizá algo si sentía por el gallego, del que dice que ha sido casa y hogar dentro del encierro voluntario que supone Gran Hermano.
Por ahora parece que habrá que esperar para saber si hay alguna posibilidad de que sea Edi quién la espere en el hotel, pues él por el momento continúa concursando y parece que con la salida de ella se ha vuelvo a acercar a Violeta, que por su parte no tiene nada claro si quiere o no retomar relaciones con el de los ojos azules. El tiempo dirá como se suceden los acontecimientos, por ahora lo único que podemos hacer es esperar.