Cada vez son más los solteros que ponen sus esperanzas en 'First Dates' (Cuatro, 21:40 horas). Acuden al restaurante capitaneado por Carlos Sobera (63 años) para encontrar esa compañía que tantos anhelan. Ese ha sido el caso de Maite. Esta administrativa jubilada tiene 84 años y muchas ganas de enamorarse. Ha acudido acompañada de su amiga y nieta, Noe. "Estamos muy unidas. Me lo cuenta todo", ha asegurado. Buscaba alguien con quien pasear e ir al cine y al teatro, pero lo más importante para ella es "que no sea un obeso". "Eso es señal de que es una persona apática", ha asegurado. Dicho y hecho.
Ramón es lo contrario a una persona obesa. "Yo estoy hecho un chaval", ha reconocido este agricultor jubilado de 88 años. "Soy muy activo. Juego al guiñote, al dominó...", ha apuntado. Las primeras impresiones no han sido buenas. "Lo veo muy poca cosa. Dije que quería una persona delgada, pero no dije consumida", ha sentenciado Maite entre risas. "Este señor me queda pequeño".
Para Ramón tampoco han sido del todo buenas. "Tiene los dientes como podridos y negros, aunque tiene. Eso a mí me afecta. Sobre todo a la hora de pensar en darle un beso. Se trata de que los dientes estén blancos, no negros", ha confesado el comensal.
Maite ha dejado claro desde el principio del programa que es una mujer de armas tomar. "El día que mi marido se fue de casa, se me abrió algo aquí, en el pecho que ¡buah!", ha confesado sin tapujos. También lo ha dicho su nieta. "Es una persona un poco difícil. Cuando te pilla, te echa la bronca por algo, te grita... O te cuenta que le ha gustado el vecino. Hay de todo", ha confesado la joven de 18 años a las cámaras de 'First Dates'.
Él es viudo. Lleva seis años viviendo solo. Ella no tanto. Vive con su hija, su yerno y su nieta. La pareja parecía no encontrar ningún punto en común. "No me veo al lado de una persona tan enclenque. Es que da penita, como si pasara mucha hambre", ha dicho ella a las cámaras de 'First Dates'. Ramón se ha interesado por su edad y al conocerla se ha llevado una sorpresa: "Aparenta más. Si parece mi abuela con los dientes negros y tantas arrigas. Yo tengo 88 años y no tengo tantas arrugas". Ella tampoco se podía creer su edad: "No parece tan mayor. Solo parece que está consumido".
Las primeras impresiones de Maite y Ramón no fueron buenas. Las últimas tampoco. Ninguno de los dos quiso tener una segunda cita. "Venga. Que te cuides, campeón", le ha dicho ella para despedirse. Ha sido entonces cuando ha entrado su nieta, Noe, para contarle cómo le ha ido: "Regulín. Cuando lo he visto ha sido como si hubiera visto a un enanito de la Blancanieves. Estaba escuchimizado". "Vámonos de fiesta a buscarte un novio", le ha contestado su nieta.