La situación en Cayos Cochinos no es sencilla, pero estos últimos días Juan Muñoz acaparó muchas de las conversaciones que tenían que ver con 'Supervivientes'. Tras la expulsión de Desi Rodríguez, el cómico se dio cuenta de que tenía que seguir en el palafito. Fue entonces cuando se agobió de tal manera que pidió abandonar el concurso de forma voluntaria. Por lo que, según siempre hemos creído, el que fuera compañero de José Mota debería pagar una multa; sin embargo, la realidad es diferente.
"Yo entré y pensé que podría, pero no puedo. No estoy con fuerzas, no estoy bien y psicológicamente esto me está afectando y no puedo. Mi salud es lo primero. Antes de todo va mi salud, me da igual pagar una multa", dijo Juan Muñoz, firme en su decisión. Pero lo cierto es que Juan Muñoz no tiene que pagar ninguna multa. Antes de comenzar la aventura, según expuso Bluper, los concursantes firman un contrato laboral con la productora. Cada de ellos, y como cualquier trabajador, pueden exigir sus derechos y nadie puede obligarles a continuar. "Este tipo de cláusulas son más intimidatorias que reales". Así que, aclarada la parte económica, no podemos ignorar las otras consecuencias que sí que sufren los concursantes cuando regresan de Cayos Cochinos.
Pero la isla también tiene otras secuelas. Como la que sufrió durante un tiempo Palito Dominguín. "Desde que llegué de la isla, la comida me sienta bastante mal, muchas de las comidas. He pensado en quitarme las harinas y ver si las cosas sin gluten me sientan mejor. La pasta me sienta fatal, la bollería, también", contó la joven a través de sus redes sociales. "Llevo todo el día pensando qué quiero comer. ¿Y sabéis qué era lo que me apetecía? Arroz blanco con almendras. Lo que he estado comiendo tres meses".
No ha sido la única. Lola también confesó que seguía sufriendo las consecuencias de las condiciones extremas a las que estuvo sometida durante su paso por 'Supervivientes'. "Mi cuerpo y mi mente están viviendo una transición brutal que yo no era consciente cuando salí de Honduras", explicó a través de su canal de Mtmad. A la que conociéramos en 'La isla de las tentaciones' sufrió desajustes de la menstruación que derivaron en cambios físicos, lo que provocó altos niveles de ansiedad en la joven. Trataba de paliarlos con comida: "Me apetece comer a todas horas. Desde 'Supervivientes' estoy comiendo cosas que en mi vida me comería". Otra de los cambios que vivió fue la pérdida extrema de cabello o un agotamiento constante.
Albert Álvarez regresó visiblemente más delgado de Cayos Cochinos. Perdió 15 kilos en su paso por 'Supervivientes', y ganó alguna que otra preocupación. "Llegué y me guardaba comida en el bolsillo", confesó el deportista a 'Vozpopuli'. En cuanto notaba algo de hambre, "me entra ansiedad". Durante su primeros días en España tras el concurso, tuvo que dormir en el suelo de su habitación: "No estaba cómodo en el colchón"; incluso le agobiaba el techo de su habitación.
Sin embargo, pese a las dificultades y a la readaptación a la que se enfrentan tras su paso por 'Supervivientes', todos los concursantes aseguran que es un viaje que merece la pena. Se trata de una transformación no solo física, también psicológica. "Psicológica y emocionalmente he crecido muchísimo, ahora soy menos dependiente de las personas, antes tenía muchísimo miedo a la soledad... Ahora me siento más madura en todos los sentidos", confesó Lola.