La confesión más dura y emotiva de Mariló Montero

Mariló Montero está a punto de sumar otro reto profesional tras presentar las Campanadas junto a Risto Mejide: concursará en 'El Desafío'

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Mariló Montero
GTRES

Mariló Montero (57 años) es uno de los rostros de actualidad. Hace apenas unos días comenzábamos el Año Nuevo con la periodista y con Risto Mejide. Dejó sin palabras a la audiencia con una promoción 'subida de tono' y con el conjunto con un 'dos piezas' de blusa joya y falda que lució en Torrejón de Ardoz. El look lo firmó Pronovias. Esta oportunidad le llegó tras su paso por 'Todo es mentira', espacio al que llegó para sustituir a Marta Flich durante su baja de maternidad. Pero no será el único reto que tendrá que superar este 2023; es una de las nuevas concursantes de 'El Desafío'. Sabiendo que está de actualidad, son varios los usuarios que han rescatado las que pueden ser las declaraciones más difíciles de Mariló, aquellas en las que recordó la muerte de su hermano.

La periodista acudió a 'Hora 25' el pasado mes de octubre, apenas unos días antes de debutar en 'Todo es mentira'. Charló con Aimar Bretos sobre diferentes temas, entre los que estaba su próximo estreno en Cuatro. La conversación se tornó seria cuando el locutor de 'Hora 25' le preguntó en qué momento de su vida considera que se había equivocado, cuál creía que era ese momento en el que debería haber actuado de otra manera. Fue entonces cuando Montero compartió una experiencia muy dolorosa.

Mariló Montero tenía que presentar un debate en directo en televisión, concretamente 'Mejor lo hablamos', de Canal Sur. Una hora antes de que comenzara la emisión recibió una triste noticia: su hermano había fallecido en accidente de tráfico. "Se hacía en directo o diferido, según los invitados y el horario del AVE, pero no parábamos. El debate empezaba a las diez de la noche, y a las nueve me llamaron para decirme que mi hermano había muerto", dijo ante los micrófonos de la Cadena SER. Convencida de que nadie llegaría a tiempo para sustituirla, decidió continuar y presentar el formato. "Estábamos a una hora de Sevilla, ¿a qué presentador sustituto van a poder llamar? Estaban todos los contertulios con el AVE de Madrid comprado y tenían que volver esta noche o mañana por la mañana...", reflexionaba.

Entonces Mariló llamó a Carlos Herrera, quien todavía era su marido en ese momento. Le contó lo que acababa de suceder, pero le pidió discreción. Estaba convencida de que si alguien descubría lo que había ocurrido no le dejarían seguir con sus intenciones. El locutor de la Cadena COPE no le guardó el secreto. Avisó a Manolo Marvizón, un amigo de la pareja. "Creía que él podría acompañarme porque Carlos estaba en Alemania", apuntó. Al verle en plató, Mariló se debilitó.

Tenía que haber sido un día especial en plató. El formato cumplía 100 programas y tenían preparada una tarta con la que celebrarlo, pero, al conocerse el accidente, ese plan se canceló. "Nunca me hablaba la directora por el pinganillo, lo hacía otra persona. Esa noche me habló ella para preguntarme cómo estaba. Me dijo que no había tarta, que despidiera. Yo no recuerdo cómo esa noche me fui del plató", concluye.

Mariló Montero ya había hablado del tema

Mariló Montero ya compartió cómo vivió la muerte de su hermano en otros programas. Uno de ellos fue 'Seguridad Vital', el espacio de La 1 de TVE. “Mi padre se mató en un accidente de coche con mi mejor amiga, y mi hermano también falleció al volante”, relató en 2015 según recoge 'Bluper'. “Creo que el coche sigue siendo una máquina, por muy bonita que nos la pongan”, añadía la periodista. Además, sufrió la muerte de su madre, quien falleció de ELA cuando apenas ella tenía algo más de 20 años.

Ha trabajado su relación con la muerte y la afronta desde un lugar sereno y lleno de empatía. "No es una sorpresa la muerte. Es un paréntesis a eso que empieza con el nacimiento. Hay que asumirlo con normalidad", reflexionó ante los micrófonos de la Cadena Ser. "Creo que la he trabajado tanto que cuando me dicen se me ha muerto mi madre o mi padre, excepto los hijos que es otro terreno, lo veo con serenidad igual hasta excesiva. No pierdo la empatía pero no me meto en plan plañidera", concluía.