Carlos Sobera paraliza 'First Dates' para lanzarle un reproche a una soltera: "Como todo sea así, no progresamos"

María, una estudiantes de psicología de Colombia, ha llegado a 'First Dates' buscando a un príncipe azul como el de las películas de Disney que tanto le gustan

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

First Dates
Mediaset

El romanticismo más idílico y puro se ha instalado este lunes en ‘First Dates’. La responsable: María (23 años), una estudiante de psicología de Colombia afincada en Málaga. Desde pequeña, sueña con encontrar a ese príncipe azúl de las películas de Disney que tanto le gustan. Quiere vivir su propio cuento de hadas. Es un amante de los viajes, el baile y la inteligencia artificial. Tanto que ha dejado a Carlos Sobera (64 años) a cuadros después de que le preguntase qué buscaba en un hombre.

En vez de contarle sus requisitos, la soltera ha recurrido a este campo de la informática para darle su respuesta. "Tu chico ideal sería alguien que combine inteligencia emocional y pasión por la vida. Necesitas a un hombre con mentalidad abierta, seguro de sí mismo, con metas claras, atento y detallista", lee en su móvil. María también ha confesado que suele recurrir a la IA cuando se queda sin temas de conversación en una cita. 

Carlos Sobera se ha quedado estupefacto y no ha dudado en soltarle un reproche. "Eso lo dicen aquí todas las chicas que entran sin inteligencia artificial. Como todo sea así, no progresamos", le ha espetado antes de decirle que va a traerle a un hombre que él mismo ha buscado personalmente. "Yo espero que me sorprendas", le ha contestado sin darse por aludida. "Te va a sorprender más que la IA", ha añadido Matías Roure.

No iba mal encaminado Carlos Sobera. Ha dado en el clavo con Lázaro (25 años), un estudiante de ingeniería forestal y del medio natural de Sevilla al que le encanta "la fiesta, los bailes y la cervecilla…". "Me ha sorprendido, le he visto muy bien y eso me encanta. Me llama mucho la atención la primera impresión que tengo de un chico", ha reconocido a las cámaras de ‘First Dates’. Él, mientras tanto, ha asegurado que "no está nada mal" y de cuerpo "super bien".

 

El entusiasmo mutuo se ha notado desde el primer momento. No han parado de hablar de viajes, bailes y de su pasión por la naturaleza. "A mí también porque me gustan mucho los miradores", ha dicho ella mientras que él, a los pocos segundos, ya estaba pensando en el lugar al que la iba a llevar en una de sus futuras citas: "Está en Navarra y es como la piedra del Rey León". Tienen también en común la lectura. Sin embargo, se han encontrado con un escollo a mitad de la cita cuando María le ha preguntado por inmigración. Está claro que política y romanticismo no combinan bien, mucho menos en una primera cita. 

El comentario que casi arruina la cita de María y Lázaro

"Opino que la inmigración se debería regular. No se debería dejar entrar a todo el mundo. No somos una ONG y a mí por ejemplo nadie me ayuda", ha comenzado diciéndole mientras que María se ha mostrado algo disgustada pero a la vez pacificadora. Ha querido darle su punto de vista y hacerle entender el problema que hay desde otra perspectiva: "Yo soy inmigrante, vengo de Colombia. Para mí es un tema muy delicado. Es cierto que de cierta forma hay que regularizarla, pero no juzgo a las personas que vienen y se quedan porque conozco la situación en mi país. Hay formas más adecuadas de venirse y quedarse, pero no es fácil. Créeme que las leyes no están para eso".

 

Lázaro no le ha dado la razón y le ha reprochado que haya gente que cobre ayudas o que, en su opinión, sí lo tengan fácil como los marroquíes. "Mi mejor amiga es marroquí y en realidad es muy difícil migrar de Marruecos a España. Me fastidia porque hay muchos chicos que no se han informado bien del tema y dicen esas cosas. Muy pocos saben y eso no me gusta", ha reconocido ella a las cámaras de ‘First Dates’.

María ha corrido un tupido velo y ha hecho de tripas corazón para proseguir con su cita. Lázaro se ha mostrado arrepentido por esta torpeza de hablar de inmigración, pero ya que le ha preguntado quería sincerarse.

Menos mal que la tensión se ha rebajado en el reservado con unas clases de salsa. Al final, María ha recurrido de nuevo a la inteligencia artificial para saber qué opinaba de su cita. "Fue una cita regular. Hubo buena conexión con el baile y los intereses en común pero los desacuerdos sobre política e inmigración pudieron generar cierta incomodidad entre nosotros, pero que si dominamos estos temas podría considerarse positiva. De lo contrario es probable que haya dejado una sensación mixta", lee para darle una nueva oportunidad otro día para resolver estos malentendidos.