'Amar es para siempre' atraviesa un momento complicad repleto de giros radicales y duras decisiones que provocarán que sus vidas cambien de un día para otro. Por suerte, habrá una tregua en todo esto. Ciriaco tendrá que tomar una difícil decisión para evitar ser condenado, sí, pero la intervención de Andrea logrará su absolución por el homicidio de Ana Mari. El joven sale de la cárcel dispuesto a retomar su vida y encontrar un nuevo trabajo mientras que los Gómez vuelven a ser una piña. Pero no todo es de color de rosa. Marcelino no pudo evitar echarle en cara a Manolita su negativa a declarar en el juicio, y esta le confesó su gran temor, que siguieran sin saber qué pasó de verdad en esa nave. Y sí, las dudas de Manolita persisten.
Manolita arropa a Cristina. Ella y Quintero temen que Cristina se esté haciendo la fuerte y termine derrumbándose tras su aborto. Rubén le pide a Martínez una nueva oportunidad, pero la respuesta que recibe no es la esperada. La abogada le desvela que estaba embarazada de él y que ha abortado.
Rocío duda sobre si contarlo o no a Doña Paz la recaída de su hijo Hugo, pero finalmente será ella misma quien descubra que ha estado consumiendo medicamentos, lo que provocará un fuerte enfrentamiento con él. Doña Paz le despide de la farmacia, y él arremete contra Rocío por no haber guardado su secreto. Esta también le da la espalda. Hugo, tras perder todo lo que tenía, se deja llevar por su adicción y le suplica a su amiga que le entregue unas pastillas.
Las cosas también se han ido (un poco) de madre en el King's. Lorenzo Bravo ha pensado en una manera de sacar al bar del armario... y él hace lo mismo. El negocio va viento en popa, pero Benigna y Visi empiezan a sufrir las consecuencias de la salida de armario de Lorenzo. Además, los movimientos políticos de Sancho ponen en peligro la continuidad de Cristina en la API.
A Carballo tampoco le van del todo bien las cosas. La obsesión derivada del caso de su padre la consume poco a poco. Hasta que encuentra una carta de su padre que confirman sus peores sospechas. Es entonces cuando Carballo retoma el control de su vida ante el riesgo de parecerse a la peor versión de su padre.