La afirmación de Karin en 'First Dates' que ha descolocado al equipo del programa

Karin y Antonio han tenido una cita agradable en 'First Dates' pero en cuanto a gustos no tienen nada que ver

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

First Dates Karina
Mediaset España

Se dice que en la vida solo hay un gran amor. Que lo demás son personas que pasan por tu vida a las que quieres. En el caso de Karin (65 años) esta afirmación es cierta. Al menos por el momento. La azafata de vuelo jubilada ha acudido a ‘First Dates’ en busca de alguien que se haga un hueco en su corazón. De origen belga, lleva 33 años viviendo en Málaga desde que vino de vacaciones a España y se enamoró del hombre de su vida.

"Me casé y hasta que hace 20 años falleció. Desde que me quedé viuda he tenido amiguetes pero nadie comparado a mi marido. En la vida solo se tiene un amor y ha sido mi marido", le ha contado a Carlos Sobera (64 años) a su llegada al restaurante más famoso de la televisión.

Es el momento, ya que se jubiló hace siete meses. "Tiene que ser un cachondo pero que no diga todo el día tonterías. Tiene que ayudar en casa, pero no quitarme las cosas", ha pedido a la vez que reconoce, cambiando de tema, que en su profesión ha visto de todo: "En el avión he visto cositas porque he volado 26 años. Pero tengo que decir con perdón que los gays se atreven a hacer muchas cosas en el avión". Esta afirmación ha descolocado a más de uno que la ha escuchado. 

En 'First Dates', le han presentado a Antonio (62 años). De primeras se ha sentido muy a gusto con este ingeniero informático de Málaga. "Antonio me ha parecido guapo, pero me gustaría algo más de bruto en él. Un poquitín más así… bruto. El pelo más alocado aunque me gustan limpios y me ha gustado", ha reconocido a las cámaras de ‘First Dates’. Sin embargo, a él no tanto. "Me gustan que sean un poco más bajitas, y es más bien corpulenta. Quiero a alguien más de mi tierra, de Andalucía", ha asegurado al verla. 

Ambos han vivido en Bélgica, pero por lo demás no tienen nada en común. Mucho menos después de que ella le haya reconocido a su cita que es una mandona: "Soy muy organizadora, demasiado mamá y tengo que tener todo muy organizado y en casa soy un desastre". El alcohol es otro de los impedimentos que han tenido. Mientras que a ella le gusta, él no está muy conforme con eso de maltratar al cuerpo. "A lo mejor no bebes nada en tres meses y luego tomo en una noche lo que no bebe nadie", ha comentado ella a la vez que admite que también es una apasionada del chocolate. 

Antonio no ha dudado en decir no a una segunda cita. "A mí me gustaría tener una segunda cita pero como amiga porque tenemos cosas que nos diferencian. Tu manía es de querer organizar y yo no soy así", le ha espetado. Parece que la recién jubilada tendrá que seguir buscando a ese hombre que le haga olvidar a su marido.