El frío, el viento, la calefacción y el contacto con el agua y los detergentes resecan la piel de las manos, una de las más castigadas del cuerpo, sobre todo en invierno. Para evitar que su piel esté áspera, rugosa, descamada, e incluso agrietada, te proponemos cuatro soluciones.
1. Protégelas de las agresiones externas
Esto se puede conseguir con unos sencillos hábitos. En invierno, protégelas de las bajas temperaturas y usa siempre guantes cuando salgas a la calle. Y también cuando hagas las tareas domésticas, para que los detergentes o el polvo no las sequen. Si por tu trabajo tienes que lavarte las manos muy a menudo, usa mejor un jabón suave (con pH inferior a 5) y agua templada. Aunque te apetezca el agua caliente, esta no conviene porque daña el manto hidrolípico de la piel. Y sobre todo, sécalas muy bien después de cada lavado. Si las manos quedan húmedas tienden a deshidratarse. Eso sí, con una toalla porque un secador de aire también reseca la piel.
2. Usa crema de manos a demanda
Sé generosa, utilízala cada día, tantas veces como creas conveniente, pero sobre todo después de lavártelas, y antes de salir a la calle y de acostarte. A la hora de elegirla, fíjate que su composición contenga los ingredientes estrella contra la sequedad: glicerina o urea (que hidratan), manteca de karité (que nutre y repara sin engrasar) y aceites vegetales como el de almendras (que refuerzan la barrera cutánea). Cuando tengas tiempo, tras su aplicación, ponte unos guantes finos de algodón durante unos diez minutos; los activos penetrarán mejor. O duerme una vez a la semana con los guantes, será una cura intensiva.
3. Infiltraciones de ácido hialurónico
Si la sequedad es extrema y se acompaña de grietas y asperezas, tienes la opción de recurrir a tratamientos médico-estéticos como las infiltraciones de ácido hialurónico. Reponen este ácido, de propiedades hidratantes, que la piel pierde con el tiempo. Se infiltra en la dermis profunda tras aplicar una pomada anestésica en la zona.
4. Regálales un baño de parafina
También aporta máxima hidratación si están agrietadas o ásperas. "La parafina se usa en centros de cuidados de pies y manos para hidratar la piel, al ser una sustancia oclusiva", explica la dermatóloga Elia Roo. ¿Cómo se hace? Las manos se introducen en parafina líquida muy caliente que se deja solidificar y después se retira. Es un tratamiento que se realiza en cabina. Pero también puedes aplicarte aceite de argán (dejándolo actuar media hora y limpiando los restos que no haya absorbido la piel), y si las tienes agrietadas, aloe vera o aceite de rosa mosqueta, pues son cicatrizantes.