Conocidas también como telangiectasias, las arañas vasculares son pequeños vasos sanguíneos en forma de ramificaciones de tono carmesí o morado que pueden aparecer en distintas zonas, pero que suelen estar más presentes en los tobillos, las pantorrillas o los muslos. Aunque en ocasiones puedan ser secundarias a determinados trastornos de salud, en general, no revisten importancia clínica ni son dolorosas.
¿Por qué aparecen?
Tras ellas puede haber diferentes causas:
- Trastornos circulatorios.
- Estilo de vida inadecuado (dieta desequilibrada, falta de ejercicio físico o sedentarismo).
- Herencia genética o alteraciones hormonales.
- Embarazo.
- Sobrepeso u obesidad.
- Por permanecer de pie durante largos periodos de tiempo.
- Toma de anticonceptivos orales y ciertos medicamentos.
- Excesiva exposición al sol.
- Uso habitual de zapatos de tacón o ropa demasiado ajustada.
Cómo prevenirlas
Adoptar ciertos hábitos puede ser de gran ayuda para evitar que aparezcan:
- Duerme con las piernas ligeramente elevadas.
- No te depiles con cera caliente.
- Aumenta el consumo de alimentos vegetales y evita el azúcar y los refinados.
- Practica deporte con regularidad y anda descalza por el parque o la playa.
- Finaliza la ducha con agua fría desde el tobillo hasta la parte superior de los muslos.
- Evita permanecer de pie, sentada o con las piernas cruzadas durante mucho tiempo.
- Toma infusiones de castaño de indias (tonificante y antiinflamatoria). Si tienes retención de líquidos, de cola de caballo (diurética).
Mejorarlas de forma natural
Para mejorar las arañas vasculares en caso de que ya hayan aparecido, resulta muy efectivo masajearse la zona afectada una o dos veces al día con una loción que puedes preparar tú misma. Estos son los ingredientes, la mayoría de ellos los encontrarás en tiendas de productos naturales:
- 30 ml de aceite vegetal de calófilo (Calopyllum inophyllum).
- 20 ml de aceite vegetal de almendras dulces (Prunus amygdalus).
- 5 gotas de aceite esencial de menta piperita (Mentha x piperita).
- 10 gotas de aceite esencial de ciprés (Cupressus sempervirens).
- 10 gotas de aceite esencial de lentisco (Pistaccia lentiscus).
Para elaborarlo, solo tienes que disponer la mezcla en un frasco con un cuentagotas. Si lo deseas, puedes añadir algunas gotas de la fórmula a una pequeña cantidad de gel de aloe vera y masajear hasta su completa absorción.