La balneoterapia se basa en la hidrología médica y engloba un conjunto de tratamientos termales realizados en balnearios con aguas mineromedicinales. Cuando se practica en el mar se denomina talasoterapia, combinando el bioclima marino, el agua de mar, los lodos, las algas... con finalidad terapéutica. Tanto la balneoterapia como la talasoterapia son poderosos agentes terapéuticos naturales que benefician a todo el organismo, física y mentalmente. Así, además de prevenir y mejorar el estrés, estimulan la circulación sanguínea; promueven la oxigenación celular; favorecen la eliminación de toxinas; tonifican el sistema inmunológico; mejoran la calidad de la piel y los problemas dermatológicos... Como no siempre tenemos ni el tiempo ni el dinero suficientes para irnos a un balneario o a un centro de talasoterapia, podemos practicar la sencilla y económica balneoterapia casera. Y, aunque es cierto que el agua es un bien escaso que no podemos desperdiciar, es también fuente de vida y salud, por lo que un baño para eliminar toxinas del organismo puede ser, de vez en cuando, altamente beneficioso, reconfortante, estimulante y relajante.
Para un baño detox...
Llena la bañera hasta la mitad con agua tibia-caliente. Vierte 2 kg de sal marina y una cucharada sopera de jengibre fresco rallado o en polvo y dispersa con la mano. Báñate en este agua 15 minutos y enjuágate con agua fría para estimular la circulación. Mientras, puedes tomarte una infusión de jengibre y así te depuras por dentro y por fuera. Sécate y toma otra infusión de jengibre. Túmbate bien abrigada unos 20 minutos (podrías sudar) mientras practicas una relajación o escuchas música suave.
Un poco de sal marina
Cuando nos sumergimos en una bañera caliente (37-38o) con una cantidad de sal que supera la concentración salina de nuestras células (9,4 mg /l), se produce un fenómeno llamado ósmosis: en vez de absorber nuestra piel el agua que la rodea, los poros se abren y el organismo arrastra toxinas hacia el exterior.