Detectar las alteraciones antes de que se desarrollen permite tomar medidas para cuidar la salud. Por eso es importante hacer caso de los síntomas...
1. Manos y pies siempre fríos. "Pueden estar avisando de que existe una mala circulación en las extremidades", advierte el Dr. Francisco Marín, médico de Atención Primaria. Podría tratarse de una enfermedad reumática, conocida como Síndrome de Raynaud, "en la que se contraen los vasos que llevan la sangre arterial a las extremidades, y estas queden frías y blancas", añade el doctor. También podría ser una señal de hipotiroidismo (cuando la glándula tiroides no es capaz de producir suficiente hormona) porque aumenta la sensibilidad al frío.
2. ¿Te aparecen unos bultitos? Los bultos en la piel (o nódulos) que crecen lentamente durante años suelen ser lipomas benignos, es decir, bultitos de grasa. Pero cuando aparecen de forma repentina, puede ser que avisen de algún trastorno más serio. "Cuando aparecen en poco tiempo hay que ir al dermatólogo que, si lo considera oportuno, hará una biopsia, ya que puede ser una metástasis de algún cáncer interno", explica la Dra. Paloma Borregón, de la Academia Española de Dermatología y Venereología. "A través de la piel –continúa– se puede diagnosticar un cáncer de pulmón, de riñón, etc., que aún no había dado la cara". Y si aparecen en los párpados, lo que se conoce como xantelasmas, pueden estar avisando de que los índices de colesterol malo son demasiado altos.
3. Mal aliento y llagas en la boca. La halitosis suele tener su origen en una mala higiene bucal, pero también puede estar relacionada con diferentes patologías, como el reflujo del esófago, una afección en la que los contenidos estomacales vuelven hacia atrás desde el estómago hacia el esófago", explica el Dr. Manuel Gómez, médico estomatólogo y profesor de la Universidad del País Vasco. La presencia en la boca de manchas rojas o blancas, bultos, inflamación, úlceras o áreas con descamación, incluso cuando se tiene dificultad al tragar, "pueden indicar algún tipo de lesión tumoral (cáncer oral y de garganta, amígdalas o en la parte trasera de la lengua)", añade el Dr. Manuel Gómez. "Se trata de un cáncer fácilmente detectable y si el diagnóstico es precoz, el tratamiento es más eficaz y la supervivencia es mayor".
4. ¿Y si tienes siempre mucha sed? Puede ser indicio de diabetes. Desde la Federación Española de Diabetes (FEDE) se recomienda prestar atención a los siguientes síntomas: sensación continua de sed, que está relacionada con un aumento del consumo de agua y, por lo tanto, de la necesidad de acudir al baño. Aumento del apetito, ante la necesidad del organismo de obtener la energía que no puede procesar de la glucosa. A pesar de que la persona aumente su ingesta de alimentos, en muchas ocasiones, también se produce una pérdida notable de peso. Un cansancio continuo, relacionado con la pérdida de peso y líquidos. Visión borrosa en episodios de hiperglucemia, debido a la inflamación del cristalino. Y cambios bruscos de humor, que algunos pacientes relacionan con episodios de hipoglucemia.
5. Si tienes dificultades para dormir. El insomnio puede ser por problemas a la hora de conciliar el sueño; o bien, por despertares precoces (antes de hora) frecuentes durante la noche. Los problemas para conciliar el sueño "se asocian, claramente, al estrés y la ansiedad; y los despertares precoces a un estado depresivo. De forma que, simplemente observando este dato, ya se puede saber si la persona está deprimida, o solo estresada", explica el Dr. Marín.
6. Engordas sin comer más de la cuenta. Coger varios kilos en poco tiempo no siempre está relacionado con un aumento en la ingesta, también puede deberse a un fallo del organismo y conviene darle importancia. "No es normal engordar más de 5 kilos en medio año", explica el Dr. Francisco Marín. "Entre las causas que motivan el aumento de peso están las hormonales, como el hipotirodismo, pero también tomar medicamentos que pueden engordar, como ciertos antidepresivos, la cortisona o antihistamínicos", añade.
7. Cuando no respiras del todo bien. Por lo general, los adultos inspiran y espiran unas 17 veces por minuto. Una cifra significativamente mayor puede hacer aconsejable visitar al médico. Agotarse cuando se camina a paso normal o al subir unas pocas escaleras puede indicar que la capacidad cardiovascular está por debajo de lo normal o tener alguna enfermedad que tenga su origen en los pulmones (EPOC, asma...).