La zanahoria es la hortaliza más popular y consumida de la familia de las umbelíferas, a la que también pertenecen el apio, el nabo y el hinojo. Contribuye a regular el transito intestinal y reducir el colesterol, y es buena para la piel y la vista.
Originaria de Irán
El origen de la zanahoria se localiza en Asia Menor, en el actual Irán. Pero fue cultivada y apreciada también por griegos y romanos, aunque la que conocían era una variedad de color amarillento, fina y alargada, que poco tenía que ver con la actual, de intenso color naranja y forma cónica.
Esta última fue obtenida por los hortelanos holandeses en el siglo XVII mediante los injertos y la selección de distintas clases.
Un potente antioxidante
La zanahoria es, después del perejil, el alimento con mayor proporción de betacarotenos o provitamina A, un eficaz antioxidante que posee diversas propiedades; entre ellas, la de ayudar a neutralizar los radicales libres, que dañan las membranas de las células y su material genético. Media taza de zanahoria hervida contiene tres veces la cantidad diaria recomendada de esta sustancia. Los betacarotenos activan también la formación de melanina, fundamental para proteger la piel frente a los efectos negativos que genera tomar el sol en exceso. Por eso se aconseja consumir zanahorias desde unos días antes de la exposición.
Rica en minerales
Respecto a su contenido en minerales, destaca el de potasio, necesario para la transmisión del impulso nervioso, la actividad muscular y el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. Y en menor cantidad también los de fósforo, sodio, calcio y cinc.
Composición nutricional
Tienen un bajo aporte calórico y un alto contenido en fibra y potasio. En 100 g de producto encontramos:
Energía 38 kcal
Hidratos de carbono 7,14 g
Fibra 2,9 g
Grasa 0,19 g
Potasio 321 mg
Fósforo 38 mg
Sodio 35 mg
Calcio 27 mg
Cinc 0,28 mg
Magnesio 11,25 mg
Provitamina A 1.455 mcg
Vitamina C 13,93 mg