Son fáciles de poner en práctica y los expertos aseguran que funcionan.
Las tres bendiciones
Cada noche antes de irte a dormir escribe tres cosas que te hayan ido bien durante el día. Luego escribe por qué te parece que fueron bien. Después de una semana, sigue haciendo el ejercicio cada noche, pero sin necesidad de ponerlo por escrito. Según el doctor Seligman, practicar este ejercicio hace que las personas se sientan menos deprimidas y más contentas, no sólo a corto plazo sino incluso meses después. Lo que sucede es que, durante el día, la persona se va fijando en qué cosas podría recordar antes de irse a dormir. Este hábito cambia la memoria, la atención y la forma de vivir el día a día.
Visita de gratitud
Recuerda a alguna persona que hiciera algo bueno por ti mucho tiempo atrás y escríbele una carta de agradecimiento. Llámala y dile que quieres visitarla, pero sin decirle por qué. Entonces preséntate en su casa y léele lo que le has escrito. Se ha demostrado científicamente que incorporar esta práctica a tu vida reduce la ansiedad y la depresión, y produce más felicidad duradera. Dentro de los rasgos de personalidad de las personas felices, ser agredecido es uno de los que más sobresalen estadísticamente. Cuanta menos gratitud tienes en tu vida, más infeliz eres.
Que tengas un buen día
Resérvate un espacio de tiempo –una hora, medio día o todo un día– para realizar tus actividades favoritas. Marca ese tiempo en tu agenda y no lo cambies por nada. Realiza esas actividades tal como has planeado y toma conciencia de todo el placer que te brindan. Este ejercicio nos enseña a prestar atención al placer y a esforzarnos para que sea intenso y duradero. Es el paso más divertido para alcanzar la felicidad.