Lo que puede empezar como un ligero hormigueo, picor o hinchazón de piernas al final del día podría estar escondiendo una mala circulación sanguínea. Estas molestias “cotidianas” puedes (y debes) aliviarlas, y más ahora, con la llegada de los meses cálidos. El motivo es que el aumento de las temperaturas y la exposición directa al sol tienen un efecto vasodilatador. Y cuando se aumenta la capacidad de transportar sangre de las venas (porque se ensanchan) la sangre llega a las piernas con facilidad pero si existe algún tipo de insuficiencia venosa es más difícil que esta vuelva al corazón y se acumula en las piernas. Pero aparte del calor, influyen muchos otros aspectos.
Identifica el culpable
Ya hemos visto que uno de ellos es la temperatura (tanto el frío como el calor), pero existen más situaciones que hacen que las molestias derivadas de la mala circulación aumenten o desencadenen males mayores:
Llega poca sangre a las venas. La insuficiencia venosa, es decir, el mal riego en las extremidades inferiores puede deberse a una mala circulación por alteraciones en el retorno venoso. La explicación es sencilla: el corazón impulsa la sangre con fuerza hacia todo el organismo, pero el camino “de vuelta” la sangre lo debe hacer por sí sola y, desde los pies hacia arriba, le cuesta más. Si las válvulas de las venas de las piernas cierran mal, la sangre se estanca y esta presión provoca pesadez, cansancio, dolor e hinchazón, lo que puede favorecer la aparición de varices.
¿Y si fuera el corazón? Los problemas circulatorios pueden surgir como efecto secundario de problemas de salud más serios como una insuficiencia cardiaca (si además sientes cansancio), problemas renales o hepáticos.
Piernas con “retención”. Una dieta muy rica en grasas e hidratos de carbono impide que el líquido presente entre las células se mueva bien y esto provoca hinchazón. Ocurre lo mismo con el exceso de sal o si abusas de los diuréticos (que pueden ejercer el efecto contrario y deben ser prescritos por el médico). La retención de
líquidos y la hinchazón acaban afectando a tu circulación.
Muchas horas en la misma postura. Si no practicas ejercicio de forma regular los músculos de los vasos sanguíneos se debilitan y si pasas horas sentada o en pie el retorno venoso (de las piernas al corazón) se vuelve cada vez más lento.
Medidas eficaces que “deshinchan”
Es posible estimular la circulación sanguínea corrigiendo algunos hábitos de vida. Toma nota:
Elige ropa holgada. Las prendas ceñidas que se ajustan demasiado pueden empeorar la circulación sanguínea y hacer que aumente todavía más la hinchazón de las piernas. También debes evitar los tacones demasiado altos y los modelos de zapato que opriman demasiado.
Cuídate incluso mientras duermes. Por la noche intenta mantener las piernas ligeramente elevadas para facilitar el retorno venoso hacia el resto del cuerpo. Una buena forma de lograrlo consiste en colocar un cojín bajo tus pies.
Procura estimular el drenaje cada día. Aprovecha las duchas para activar la circulación. Simplemente debes dirigir el chorro de agua desde los tobillos hasta las rodillas alternando primero un poco de agua caliente y después fría.
Soluciones rápidas para cada problema
Prueba lo siguiente según las molestias que sufras:
Sientes pesadez y cansancio, además de notar las piernas hinchadas al final del día. Ponlas en alto durante media hora al llegar a casa y si la hinchazón se reduce no debes preocuparte. Hay que acudir al médico si el edema no baja y además se presenta hinchazón en manos o cara.
Tienes calambres en las pantorrillas a media tarde. Los problemas de circulación se agudizan a medida que pasan las horas. Por ello, es indispensable no pasar muchas horas de pie o sentada. Si por tu trabajo no puedes evitar estas posturas procura realizar ciertos movimientos cada hora para activar la circulación: rotaciones de tobillo hacia un lado y hacia el otro, estirar y doblar la pierna…
Notas hormigueo y picor en las piernas. Una piel seca unida a problemas de circulación los originan. Hazte un masaje desde los tobillos hacia arriba con una crema hidratante untuosa. Esta textura tarda más en absorberse, por eso deberás hacer más “pasadas” y tonificarás mejor la zona.
Muévete y combatirás la “pesadez”
Piernas “al aire”. Probablemente no puedas evitar estar sentada o de pie según el trabajo que tengas pero es importante compensarlo cuando llegues a casa. Túmbate boca arriba con ropa cómoda y realiza suavemente el movimiento de “bici” con las piernas para reactivar su riego.
Practica deporte. Salir a pasear o nadar durante 30 minutos al día te ayudará a activar la circulación y a aliviar la hinchazón de tus piernas. Además, te conviene iniciar este hábito si te sobra algo de peso porque el exceso de kilos contribuye a empeorar la retención de líquidos en las piernas.
La alimentación a tu favor
Las grasas “espesan” la sangre. Los embutidos, la carne de cerdo, las vísceras, la leche entera y los quesos grasos aumentan los niveles de triglicéridos y colesterol y por eso aumenta la viscosidad de la sangre.
…y los dulces se convierten en grasa. Los alimentos ricos en azúcares de absorción rápida como la bollería se transforman en grasas y agravan el problema.
A más café y alcohol, mayor hinchazón. Tienen un efecto vasoconstrictor que obstaculiza la circulación, aumentando el edema o la hinchazón de las extremidades. Reduce su consumo. En cuanto al tabaco, la nicotina daña directamente las paredes de las arterias.