Sal a caminar
No cuesta dinero, es sencillo y resulta muy saludable: te ahorrará algunos kilos, previene la diabetes, el desánimo, el infarto... Si lo haces al aire libre, en plena naturaleza, aún lo aprovecharás más: en la montaña o junto al mar, el ambiente está cargado de miles de iones negativos (en la ciudad son solo 100), y esos iones son los que logran estimular el metabolismo de las células y oxigenar todo tu cuerpo. Por contra, cuando lo que prevalecen son los iones positivos, el organismo se resiente: dolores de cabeza, ansiedad... En la playa, no dejes de caminar dentro del agua, en la orilla. Las olas estimularán tu sistema circulatorio.
Déjate acariciar por el sol
Los baños de sol (con precaución) hacen que el organismo segregue más serotonina. Se trata de un neurotransmisor que provoca sensación de bienestar. Por otro lado, solo si te expones al sol sintetizarás vitamina D. Esta, además de mejorar tus defensas, es imprescindible para que el calcio se fije a los huesos.
El poder de algunos aromas
Ahora que los días son más largos y, sobre todo, con las vacaciones a la vuelta de la esquina, es probable que tengas más tiempo para, de vez en cuando, darte un baño de aromaterapia. Antes, prepara la estancia: coloca unas velas, pon música suave... y añade unas gotas de aceite esencial a la bañera: al vaporizarse con el agua caliente, inhalas su fragancia. Los de valeriana o verbena relajan muchísimo y son muy eficaces para que puedas conciliar el sueño.
Líbrate de las toxinas
De vez en cuando, debemos hacer una limpieza en profundidad del organismo, lleno de las toxinas que le generan los aditivos de los alimentos, el estrés, la contaminación... Durante una época (varias semanas, un mes, cuanto más mejor), prepárate a diario un zumo depurativo y bébelo en ayunas. Una estupenda opción es mezclar agua, manzana, piña natural y unas gotas de zumo de limón.
Mimos extras para tu piel
Dale a tu piel una cura de hidratación. Hazte con una hoja de aloe vera, pélala y saca su gelatina con una cuchara. Si la mezclas con agua y zumo de limón habrás elaborado una hidratante estupenda. Extiéndela por todo el cuerpo, déjala actuar unos minutos y luego aclara bien.