¿Te han salido rozaduras o ampollas en los pies?
Desinfecta. Pon los pies en remojo en agua tibia durante 5 minutos. Si hay alguna herida desinfecta la zona y deja secar los pies al aire libre.
Si tienes ampollas. Procura dejar los pies al descubierto durante el mayor tiempo posible y no intentes reventarlas, ya que se pueden infectar.
Para mejorar. Si vas a ponerte un zapato, elige uno que sea ancho y no te roce. Antes de calzarte tapa la zona afectada con un apósito.
¿Los sientes cansados?
'Oxigénalos'. Si se te cansan los pies al final del día elévalos 10 minutos para activar la circulación.
Aplica frío. La Sociedad Española de Farmacia comunitaria recomienda aplicar una bolsa de gel frío durante cinco minutos.
¿Se te hinchan?
Si te ocurre solamente en verano lo más probable es que se deba al aumento de las temperaturas. En estos casos, sumergir los pies en agua fría te ayuda a rebajar el edema. También te aliviará dirigir el chorro de agua fría en la ducha hacia los pies.
¿Sufres de hongos?
Si es leve. Si los hongos han invadido menos de media uña (puede alertarte de ello un cambio de color) un esmalte de uñas antimicótico puede solucionarlo.
Si afecta a más uñas puedes requerir medicación oral. Lo más nuevo para tratarlo es recurrir a un láser que elimina los hongos. Siempre debe diagnosticarlo tu podólogo.
¿Tus talones están ásperos?
Actualmente hay firmas que comercializan limas eléctricas con un cabezal giratorio que elimina esas durezas fácilmente y sin 'pelar' la zona demasiado. Es una alternativa a la clásica piedra pómez utilizada para este mismo fin.
Pero ten en cuenta. No conviene abusar: la aspereza es una defensa que pone la piel a las rozaduras y cuanto más se quita, más sale. Tras limar, hay que hidratar para evitar que vuelva a salir.
¿Tienes verrugas?
Las verrugas plantares (en la planta del pie), a diferencia de las del resto del cuerpo, sí pueden resultar dolorosas. Como es un lugar de presión suelen aplanarse y se producen microsangrados. Conviene consultar al especialista para eliminarlas mediante láser o criocirugía.
¿Te salen grietas?
Entre los dedos: se deben al exceso de humedad y se trata con antisépticos.
En los talones: en este caso se deben a la sequedad y hay que hidratar. Las pomadas cicatrizantes ayudan.
¿El problema son los callos?
Debes visitar al podólogo para que los trate, pero puedes colocar en ellos protecciones de venta en farmacias que disminuyen la presión y el dolor.
¿Te duele el talón?
Este ejercicio relaja las tensiones de la fascia (el recubrimiento que hay en la planta del pie, bajo la piel) y alivia así el dolor.
Siéntate descalza y apoya los pies. Haz rodar una botella pequeña de agua congelada con la planta del pie.
¿Los juanetes te ocasionan muchas molestias?
Cuando el juanete causa dolor o su desviación es tan importante que afecta a otros dedos es importante consultar al podólogo:
Un alivio puntual. Para reducir las molestias hasta recibir un tratamiento adecuado te ayudará utilizar zapatos o sandalias amplios, que reducen la fricción en la zona. Si tienes que usar zapatos cerrados, los de piel muy suave son los que más vas a tolerar en este caso.
Ve al podólogo. El juanete aparece en muchas ocasiones por estar apoyando mal el pie. A veces, con solo corregir este aspecto se logra solucionar el problema. Cuando el juanete está muy desviado o causa mucho dolor se suele recurrir a la cirugía, que ha avanzado mucho en los últimos años.
La intervención. Ahora las cirugías para eliminar los juanetes son mucho menos agresivas que hace un tiempo. Se realizan con anestesia local y el paciente sale caminando. Dependiendo del caso, en 3-4 semanas la persona ya está totalmente recuperada y calza su zapato habitual.