Reina Letizia, sus grandes errores de estilo en 2018

Allá donde va, todas las miradas se centran en la reina Letizia Ortiz. Sofisticada y la moda, suele tener mucho atino con sus looks pero, aunque sea reina, es humana y veces comete algunos errores de estilo. 

Aunque en hacía mucho frío (y llovia) aquel día de marzo en Galicia cuando la reina se estrenó con un marcar nueva como Bottega Veneta y un vestido de manga corta. Nadie entendió por qué iba tan poco abrigada en la presentación del proyecto Digitalizadas en Santiago de Compostela. 

En abril rescató un conjunto de abrigo y vestido de Felipe Varela en la recepción de los galardonados en los Premios Cervantes, un look que le echaba años encima. 

Queriendo o sin querer, la reina Letizia se plantó en Washington vestida de Michael Kors, con exactamente el mismo modelo de estilo tubular con botones laterales que Melania Trump guardaba en su armario en color blanco. Y, claro, fueron inevitables las comparaciones. 

No iba mal vestida, pero tampoco era su mejor look el que llevó a Cangas de Narcea en octubre.  Se excedió con tanta prenda de estilo masculino: zapatos, camisa, pantalón... Lo poco agrada y lo mucho empacha. 

Combinó un estilo muy clásico, como lo es un traje sastre de falda y chaqueta, con unos zapatos más propios de un look de Kim Kardashian que de una recepción en Zarzuela. Por separado sí nos convencen, juntos, no. 

En los Premios Princesa de Girona de junio de este año la reina volvió a estar en el foco de la polémica por su look. La coleta alta de estilo noventera no convenció. 

Aunque Victoria Beckham se empeñe en poner de moda que las mangas de los abrigos y camisas llegue casi a la altura de los nodillos, ni es estético, ni elegante ni cómodo. A la reina se le olvidó decirle a la modista de Zarzuela que le cortara las mangas de su abrigo, que era demasiado largas. 

Aunque debajo de ese precioso abrigo había un bonito vestido de Asos que llevó en en la visita del presidente de China a España en noviembre, el error de Letizia fue escoger un abrigo con ese largo, que rompe con todo el look porque no es ni largo ni corto.

Con un look tan conservador como el que llevó en la recepción de Elke Budenbender en octubre, las perlas no le hacían ningún favor porque le hacían parecer mayor.